domingo, 18 de septiembre de 2016

Aislamiento reproductor incipiente: Introgresión

Mientras los individuos de una especie pueden cruzarse libremente entre ellos, generando descendencia fértil, pueden mezclar sus genes sin barrera de ningún tipo. Es como si los genes de todos ellos formasen un fondo común, y cada uno de los individuos compartiesen ese fondo génico con dos juegos completos de ellos. Gracias a la reproducción, los genes de cada individuo vuelven a formar parte de ese hipotético fondo, en forma de gametos, que se pueden unir a otros gametos y dar lugar, por tanto a nuevos individuos también fértiles.


Hay algo que quiero dejar bien claro. La evolución es un proceso que sigue actuando. Con sus velocidades propias y sus intensidades específicas, hoy ocurren todos los fenómenos evolutivos que conocemos y los que desconocemos, que son más. Hoy se dan procesos de selección natural, hay extinciones, aparecen especies y, también, hay procesos de especiación.





En tales casos, es muy importante la aparición de barreras reproductivas, pues impiden que se produzcan flujos de genes entre las especies incipientes. Digo incipientes para referirme a las especies que están en vías de formación, pero aún no muy sólidamente definidas ni aisladas desde un punto de vista reproductivo Entre ellas, los mecanismos de aislamiento van acotando grupos de genes capaces de generar genotipos armónicos, que  se manifiestan como individuos.

No obstante, en condiciones extremas se pueden romper las barreras reproductivas que pueden haberse establecido entre dos especies, dando lugar a híbridos parcialmente fértiles. Me gusta eso de la fertilidad parcial.


Darwin, dedica enteramente el capítulo IX del “Origen de las especies” a los híbridos y comenta algunas cosas inexplicables entonces, pero explicables hoy. Por ejemplo, podemos pensar en dos especies próximas, A y B, normalmente aisladas, pero que se pueden reproducir en situaciones límite. Es posible inducir la aparición de híbridos si aislamos una población experimental formada por machos A y hembras B, o al revés.

Si hay descendencia, dispondremos de dos tipos de híbridos A/B y B/A, donde la primera letra de cada una de las expresiones representa a la especie materna, y la segunda a la paterna. Los criadores de mulos saben de su diferencia de robustez según sea el sexo de las especies progenitoras. También Darwin lo comenta. Pero, además, aunque en vida silvestre las especies A y B no se crucen, y los híbridos A/B y B/A sean estériles, en esas situaciones límite a las que antes me refería, algunos de ellos pueden ser parcialmente fértiles (digo "algunos"). Es posible que tengan hijos cuando se cruzan con una de las cepas progenitoras, pero no al cruzarse con la otra. Así, híbridos B/A tienen descendencia cruzados con machos B.

Los descendientes de estos cruzamientos sucesivos, y recordemos que guardan en su genoma genes de la especie A, mostrarán mayor fertilidad si se siguen cruzando con individuos B, de modo que en pocas generaciones todo el genoma de los antiguos híbridos será el propio de la especie B, aunque es posible que entre tanto cruzamiento y formación de gametos por parte de los híbridos, se mantengan algunos genes de una de las especies generadoras del híbrido, en este ejemplo, de la A.

Este paso de genes de una especie a otra por medio de la formación de híbridos parcialmente fértiles se conoce como “introgresión”.


Un blog amigo, llamado NUNCAJAMAS COCKER y cuya dirección pongo al final de esta entrada, nos habla de cría familiar de cocker. El autor también trata en su blog de temas relacionados con la conservación en la naturaleza de especies propias de nuestra fauna y, por tanto, del lobo. Hace pocos días ha reseñado una tesis doctoral que me ha gustado mucho y que voy a comentar aquí por venir al caso.

Su autor es el Dr. Óscar Ramírez, quien estudió las poblaciones naturales del lobo en nuestra península. Según su área de distribución, describe tres poblaciones bien definidas. Una de ellas, al norte del río Duero. Otra al sur de ese mismo río, concretamente en Sierra Morena y la otra en los Pirineos, de la que piensa, por sus características genéticas, que es consecuencia de inmigración de individuos procedentes de los Alpes.

Donde, siguiendo al autor, se produjo una mayor situación de estrés, fue en Sierra Morena, estando la población casi al borde de la extinción, que no se   llegó a producir porque los lobos residuales se cruzaron con perros asilvestrados. 

De esos cruzamientos forzados por las condiciones poblacionales, surgieron individuos parcialmente fértiles y hoy en día esa situación parece solucionada, pero al secuenciar el genoma de los lobos de Sierra Morena, aparecen secuencias correspondientes a genes de perros. En algunos casos estudiados, el porcentaje de genoma de perro presente en el del lobo, es muy alto. La vía de entrada de dicho genoma ha sido la introgresión. Los lobos receptores de esos genes de perro no han perdido sus condiciones biológicas de lobos.

Reitero, somos espectadores de procesos evolutivos que siguen teniendo lugar hoy en día. Lo mismo que siguen actuando las fuerzas geológicas, también lo hacen las biológicas. A veces la presenciamos en primera fila.

En este caso, y a partir de estos datos, vemos que lobo y perro doméstico son dos especies incipientes que ya no se cruzan entre ellas en situaciones normales, pero que aún no tienen definidas de modo irreversible sus barreras reproductoras.


Para escribir esta entrada tuve en cuenta los datos aportados en:

NUNCAJAMAS COCKER:La genética de los lobos del sur de España.





lunes, 12 de septiembre de 2016

Hablando de especies (2)

En biología, la especie viene a ser como la unidad que engloba a seres compatibles desde un aspecto reproductivo. Recordemos la definición con su condición ineludible, “tienen hijos fértiles”. De un modo u otro, todos los autores, desde Aristóteles hasta hoy, nos han hablado de especies como unidades funcionales en el mundo de los seres vivos. (Reitero la salvedad que hice en mi entrada anterior sobre individuos partenogenéticos y de autofecundación obligada).




Podemos imaginar a los seres pertenecientes a una misma especie, cruzándose entre ellos a lo largo de generaciones. Si acaso hay cruzamientos con individuos de otras especies y de ellos nacen hijos, serán estériles. Esto quiere decir que los individuos de la especie imaginada, guardan entre todos una amplia serie de genes, todos ellos capaces de generar individuos viables, y que nunca se mezclarán con genes de otras especies. Porque eso que yo llamo mezcla sólo ocurriría en caso de híbridos fértiles en cuyos gametos hubiese genes de ambas especies progenitoras. Casi nunca ocurre. 

Las especies, en su totalidad, están protegidas de estos flujos de genes, improductivos, mediante lo que llamamos mecanismos de aislamiento reproductor. Hay muchos, pero todos ellos tienden a evitar tales cruzamientos infructuosos.

UNA EDICIÓN QUE ME GUSTA

Gracias a esos mecanismos, no existe paso de genes unas especies a otras. ¿O sí? Pues sí, la verdad es que sí. Vamos por partes. La evolución no es un proceso terminado. Aunque lento para nuestro modo de entender el tiempo, sigue funcionando y hoy mismo existen especies incipientes que van adquiriendo sus características propias, entre ellas las reproductivas. Por ejemplo, en este tiempo las orquídeas tienen grandes posibilidades de hibridar entre diferentes especies, generando descendencia parcialmente fértil.

La especie siempre fue considerada como algo muy definido y estable desde el punto de vista biológico. Por eso, autores modernos y prestigiosos, como Buffon, Lamarck y otros, al hablar de evolución, fijaban su atención en el punto clave del proceso. En el origen de la especies. Pero nunca hubo uniformidad de criterios con relación a tal proceso. 

DARWIN CUANDO PUBLICÓ
"EL ORIGEN DE LAS ESPECIES"

Para Buffon, uno de los grandes de la biología del s.XVIII, las especies aparecían como consecuencia de la “degeneración” de los géneros. Nunca llegó más allá, ni definió qué entendía por esa “degeneración”. Pero había hablado de un origen de especies, aunque no pudo describir el proceso. Tampoco Lamarck, grande en su trabajo, pudo explicar el hecho concreto del proceso de formación de especies. Pero, insisto, los personajes importantes de la biología de entonces, ya hablaban de evolución y del origen de las especies. Por cierto, es a Lamarck a quien debemos el nombre de “Biología”.

Si reparamos en la historia de la biología, nos encontramos con que a comienzos del siglo XIX, había científicos evolucionistas para quienes la gran incógnita era cómo se producían las especies. Independientemente de la duda, está claro el concepto acertado que tenían de la especie como unidad fundamental de la biología.

DARWIN: CARICATURA OFENSIVA

Fue Darwin quien, en 1859, quiso dar respuesta a esa duda acerca del origen de las especies. Su libro, “El origen de las especies por medio de la selección natural”, plantea la hipótesis del papel de la selección natural en el proceso clave de la evolución, la aparición de especies nuevas. Si bien aclara que hay otros mecanismos por los cuales pueden formarse especies. Es lo que hoy conocemos como "especiación instantánea".

Dejando de lado muchos comentarios que se me ocurren, muchos de ellos ya planteados aquí mismo, quiero hacer ver que Darwin propone una fuerza aparentemente tenue, dicha selección, como causa de un proceso evolutivo clave. Nunca nadie, hasta entonces, había reparado en la efectividad de la selección como agente evolutivo. Darwin sí lo había comprobado en su visita a granjas durante su época de estudiante. Sabía que una selección drástica era capaz de conseguir efectos sorprendentes. Durante su viaje en el Beagle, y con su exhaustiva toma de muestras, vio que en la naturaleza también existen procesos selectivos, que pueden provocar cambios a largo plazo.

En su libro presenta a la selección natural como fuerza evolutiva y a la diana sobre la que actúa en los seres vivos, la adaptación. Nunca nadie había hablado de ella, Darwin las define y aparecen unos conceptos nuevos en biología. Conceptos evolutivos.

Me gusta que en el mismo siglo en que se destierran las ideas de grandes cataclismos para explicar los procesos geodinámicos, y se substituyen por las causas “actuales” (prefiero llamarlas causas “cotidianas”) como son la erosión, el transporte y la sedimentación, Darwin elimine también la idea de grandes extinciones seguidas de otras, también grandes, creaciones, y la substituya por la idea de una selección natural constantemente actuando, sin prisa, como en silencio. Pero eficaz.

ETIQUETA EN LA BOTELLA DE UN
ANÍS ESPAÑOL
El impacto del “Origen de las especies” fue enorme. El ambiente científico estaba en ebullición con grandes novedades en el campo de la geología, y las teorías evolutivas propuestas por Darwin se sumaron a ellas, causando gran impacto. A Darwin se le atribuyó decir que venimos de los monos. Nunca dijo eso. Dijo que, evolutivamente, somos parientes. Ser parientes no indica más que tener antepasados comunes, también en humanos. Hoy nadie discute eso.

En plena campaña contra Darwin, un conocido anís español puso en la etiqueta de su botella un mono con su cara. Aún permanece.



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martes, 6 de septiembre de 2016

Hablando de especies (1)

En más de una ocasión he comentado aquí que otras ciencias experimentales encierran sus conocimientos en fórmulas inamovibles, pero que la biología los guarda en conceptos, siempre en revisión. Quiero detenerme en esto.
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En mi entrada anterior, me referí al nombre dado a las especies y, hablando de ellas, comenté que: “El concepto de especie es difícil de definir y está en constante revisión. Su última definición comprendió caracteres morfológicos, ecológicos y genéticos. Me gusta que en biología no tengamos casi nada definido por completo y sin estar sujeto a una continua revisión.”
UNA SOLA ESPECIE

Recuerdo a mis amigos lectores que el fin de una ciencia es el de explicar el entorno utilizando para hacerlo los recursos de los que se dispone en cada tiempo. En biología, los conocimientos se formulan como conceptos (Conceptos de gen, evolución, población, nicho ecológico, especie, etc.). Cuando aparecen nuevos recursos de estudio en forma de métodos, aparatos, productos, etc., se aplican a los conceptos previamente disponibles por ver si los refrendan o si, por el contrario, los eliminan. De este modo, los conocimientos se van consolidando, pero nunca los damos por definitivamente formulados, pues siempre habrá nuevos conocimientos que nos obliguen a revisar lo previamente establecido. Por ejemplo, en el pasado siglo XX, los conceptos de gen y de cromosoma han madurado mucho y no por eso creemos que estén plenamente definidos.


UNA SOLA ESPECIE

Algo similar ocurre con la especie, que es un concepto muy intuitivo. Nadie va a decir que un caballo y un gato pertenecen a una misma especie. ¿Por qué los ha diferenciado? Tal vez dijesen que “porque sí”, porque es algo que está muy claro, que no “son lo mismo”. Es cierto, pero “ser lo mismo” en este caso, ¿qué puede significar?” Sí, claro, que no son de la misma especie, pero ¿cómo podemos definir eso?.

La primera definición de especie que conocí fue estudiando segundo curso de carrera. Me la encontré por duplicado en Zoología y en Botánica, (queridos profesores míos…) Más o menos decía que especie “es el conjunto de individuos que se parecen entre sí y tienen descendencia fértil”. Han pasado más de cincuenta años desde entonces y la definición se ha ido completando (y complicando). 


SEMILLAS DE DIFERENTES ESPECIES

En primer lugar, se ha incluido el dimorfismo sexual, y el hecho de que existan estados intermedios en formas juveniles o de larva. En definiciones actuales, los individuos de la misma especie se parecen entre sí “en la misma fase del ciclo biológico” y los parecidos son entre los machos y entre las hembras.·


¿Cómo sabemos que un macho y una hembra pertenecen a la misma especie aunque sean muy diferentes en su morfología? Por un criterio muy simple: porque tienen hijos fértiles. Tener hijos es una condición necesaria, pero no suficiente, pues esos retoños han de ser necesariamente fértiles. De no ser así, el caballo y el burro pertenecerían a la misma especie.

DIMORFISMO SEXUAL
¿Por qué es necesaria la fertilidad en esos hijos? Para mi manera de ver las cosas, por dos razones. Una de ellas es que esa fertilidad asegura el mantenimiento de la especie sin necesidad de recurrir a agentes externos. Esos individuos no precisan ayuda exterior ninguna para mantenerse como grupo natural que genera su propia descendencia y, como esos hijos han de ser fértiles, ese comportamiento sigue asegurado.

Por otra parte, para que esos hijos sean fértiles es preciso una coordinación genética total en los descendientes. Si son fértiles, en ellos los genes están coordinados de modo que favorecen una reproducción armónica y en los desarrollos embrionarios no hay ningún tipo de bloqueo, como ocurre en híbridos de especies diferentes, como es el caso del mulo.

UNA SOLA ESPECIE
Los individuos de una especie comparten nicho ecológico, tienen costumbres coordinadas entre ellos y más datos. Pero… si tan importante es la existencia de una reproducción con descendencia fértil ¿cómo asignamos a especies a individuos partenogenéticos o hermafroditas, que no se reproducen entre sí?

No lo sé. Tal vez uno de nuestros fallos actuales sea buscar una definición de especie válida para la totalidad de seres vivos.


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miércoles, 31 de agosto de 2016

El Baile de Norte nos habla de Incendios Forestales.

Cuando publiqué mi entrada sobre incendios forestales, El Baile de Norte escribió en la entrada un comentario apropiado, que me hacía ver muchas variables que yo no había tenido en cuenta. Le invité a escribir algo sobre el tema para publicarlo aquí y, aunque cae fuera de los motivos a los que nos tiene acostumbrados, ha escrito esto que considero de interés para los lectores de mi blog. Lo publico no sin antes agradecer a Norte su tiempo y su dedicación.
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Desgraciadamente los incendios forman parte de las noticias durante los meses de verano, que en muchos casos alcanzan la consideración de dramáticas, no solo por el impacto ambiental o económico que suponen, sino también porque en ocasiones incluso hay coste de vidas humanas. Sin embargo, el fuego es un fenómeno frecuente en nuestra tierra desde tiempos remotos; es un elemento más en la configuración de los ecosistemas de los países del sur de Europa que condiciona la vegetación, sus formas y sus asociaciones.

Por  este motivo, todo ecosistema vegetal que llegó hasta nuestros días tuvo, en su evolución, una relación con el fuego que en mayor o menor medida lo capacitó para responder a ese elemento.
El problema surge del uso del fuego por el hombre, ya que rompió el equilibrio entre el fuego, como fenómeno natural, y los ecosistemas. El número de incendios y la frecuencia es ahora mucho mayor. Consecuentemente la sucesión ecológica es interrumpida y se produce un retroceso, que si continúa de un modo reiterado, llevará a etapas de mayor degradación.

Sin entrar a analizar las causas, los incendios intencionados representan más del 65% , por negligencias superan el 25% y solo menos del 5% corresponden a causas naturales. El hombre es el principal desencadenante de los incendios forestales (superior al 95%) debido fundamentalmente al desarrollo de actividades económicas (agrarias, ganaderas, industriales,…), recreativas (excursionismo,…), etc, actividades que tendrán que coincidir, para que se produzca el incendio, con ciertas condiciones  ambientales que se verán acrecentadas por la sequía durante algunos años.



Incendio en Ourense Vecinos de San Miguel miran la virulencia de las llamas de un incendio cercano a una vivienda (Rosa Veiga / EFE)

Ciertamente el fuego es una herramienta de mínimo esfuerzo empleada por el hombre desde tiempos prehistóricos para controlar la vegetación que lo domina. El resultado del mal uso de esta herramienta es múltiple y afecta al aire, por la emisión a la atmósfera de gases y partículas nocivas; al agua, afectando al ciclo hidrológico y la calidad de las aguas; al suelo, fundamentalmente por problemas de erosión; a la vegetación, induciendo cambios en la sucesión de los ecosistemas; a la fauna y al clima.

Desde mediados del siglo XX, con el proceso de abandono de la actividad agraria intensiva de autoconsumo en Galicia, disminuyó de manera drástica el uso de material vegetal (cama de animales y combustible fundamentalmente), de este modo se incrementó la superficie de matorral, pasando de ser un material por el que se paga a ser un producto que tenemos que pagar para controlarlo. En esta situación la quema de matorral se justifica espuriamente por la invasión que hace del territorio y el por enorme esfuerzo que supone su control manual o mecánico.

La estructura territorial y el incremento de las masas forestales, tanto de resinosas como de frondosas, junto con la mayor cantidad de matorral hicieron que la capacidad de expansión del fuego sea aún mayor hoy en día y que dé lugar a desastres ecológicos y económicos de una importancia difícilmente evaluable.

A lo largo de la década de los 80 del siglo pasado el fuego asoló enormes extensiones de matorral y monte arbolado; llegaron a contabilizarse más de 230.000 ha de superficie arbolada en solo 10 años. Esta tremenda tragedia ecológica, que se pretende controlar hoy en día por medio de altas inversiones humanas y materiales, tiene sus raíces en un complejo conjunto de causas que interaccionan entre ellas, como son aspectos sociales, cambios del uso del suelo, abandono de la agricultura o, simplemente, el control de matorral.



Incendio en Galicia Un helicóptero sobrevuela una zona incendiada cercana al pueblo de A Veiga de Cascallá, desalojado a causa del incendio iniciado en O Barco de Valdeorras (Ourense). (EFE)


Durante estos años las medidas puestas en marcha por la Administración, basadas fundamentalmente por el incremento de medios humanos y materiales en la lucha contra los incendios, alcanzaron el objetivo parcial de reducción en el número de hectáreas quemadas. El incremento de las dotaciones, la reducción del tiempo de llegada de los medios al incendio, los sistemas de comunicación,… son entre otros los factores que determinaron esta disminución.
 Sin embargo, el continuo incremento del número de incendios que se producen cada año, nos indica que el problema está lejos de resolverse y que son necesarias, además de las medidas de extinción o prevención que se están adoptando,  abordar la temática con una nueva visión integradora que tenga en cuenta aspectos medioambientales, sociales y económicos.



Blog de El Baile de Norte

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domingo, 28 de agosto de 2016

Nombres en biología: 8. Más nombres.

Vuelvo a decir que muchos nombres científicos no se dieron a voleo cuando se trató de designar a animales y plantas. Tales nombres pretendían describir, aunque de modo somero, al ser en cuestión así como indicarnos alguna de sus propiedades. 

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Los nombres científicos se rigen por la nomenclatura binaria, establecida a finales del siglo XVIII por el botánico sueco Carlos Linneo. Este nombre está compuesto por otros dos (de ahí, binario), el primero se refiere al Género al que pertenece el ser nominado, por ej. Drosophila. El segundo nombre es el llamado específico y se refiere a peculiaridades de un grupo, de tamaño variable de individuos, que comparten caracteres morfológicos y de comportamiento que los diferencian del resto de individuos pertenecientes al mismo género. Conocemos como especie al conjunto de individuos que reciben este mismo nombre.


Jasione montana


El concepto de especie es dificil de definir y está en constante revisión. Su última definición comprendió caracteres morfológicos, ecológicos y genéticos. Me gusta que en biología no tengamos casi nada definido por completo y sin necesidad de revisión. 

Supongamos varios géneros diversos, pero en ellos hay algunas especies que reciben el nombre de “oficinalis”, ej. Parietaria oficinalis. El nombre de estas especies nos indica que tales vegetales fueron utilizados en farmacia. Recordemos que hoy día los farmacéuticos llaman “oficina” a sus tiendas expendedoras de medicamentos. Hay géneros que con especies llamadas “edulis”, ej, Cerastoderma edulis, (berberecho). Tal nombre de especie indica comestible. Hay nombres de especies que nos hacen referencia al hábitat: Jasione “montana” es del monte, Calendula “arvensis” se refiere a frecuente en los campos, etc, etc. En otras ocasiones, el nombre de la especie hace referencia al origen geográfico: Drosophila “mauriciana”, de las Islas Mauricio, Daboecia “cantábrica”, de nuestra cordillera norteña. Hay veces en que la especie nos habla de cualidades de la planta, como “somnifera”, que es la especie a la que pertenece el opio.Y un largo, e ilustrativo, etcétera.


Osmunda regalis


Hay un helecho cuyo nombre me gusta mucho: Osmunda regalis. Traducido dice “boca limpia de los reyes”. En latín, “os” es boca; “munda”, limpia, y “regalis”, del rey. Este helecho lo utilizaban los emperadores romanos para masticar después de las comidas y, de ese modo, limpiar sus bocas. Vive a orillas de ríos, en aguas remansada. 

Pyrus

El fuego ha inspirado varios nombres de cuerpos naturales y científicos. También en biología ha dejado su impronta. Pensemos en la morfología de una llama. Una sola. En griego se llamaba pyros y tenemos un cuerpo geométrico al que llamamos pirámide. Hay un fruto que cuando cuelga del árbol recuerda mucho a una llama. Le llamamos “peras” y el nombre científico del género al que pertenece es “Pyrus”. Siguiendo con el fuego, en el argot infantil de diversas zonas del país, al pene se le llama “Pirola”. Siempre he visto una clara referencia al Pyrus, fuego, y esta pervivencia del nombre en un reducto cerrado, como el infantil, es un fenómeno que ocurre en otras circunstancias léxicas y evolutivas.
PLATANO
ARCE



En cuanto a árboles hay dos especies diferentes, pero con hojas parecidas. Las características para distinguir árboles son el aspecto del tronco, la morfología de la hoja y del fruto. El arce y el plátano de sombra poseen troncos y frutos muy diferentes, pero algunas especies tienen unas hojas muy similares. Yo los distingo porque las hojas de arce tienen el pecíolo rojo y las del plátano, no. Pero son tan parecidas, que quien les asignó nombre jugueteó con ellos y les puso: Acer seudoplatanus y Platanus acerifolia, es decir, Arce falso plátano y Plátano con hoja de arce.

Capsella bursa-pastoris

Una de las primeras plantas que determiné se llama Capsela bursa-pastoris, es decir, “Fruto en forma de zurrón de pastor” y realmente es acertado tal nombre, por lo descriptivo. 

Este de ahora ha sido un pequeño recorrido por nombres científicos para indicar que no son consecuencia de un capricho. Mas bien es el resultado de un estudio riguroso que pretendió compendiar en dos palabras la máxima información sobre una especie.

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lunes, 22 de agosto de 2016

Nombres en Biología: 7 Drosophila

La mosca de la fruta o del vinagre, ha aportado mucha información a los esdutiosos de la herencia biológica. Su nombre significa "Amante del amanecer" y voy a explicar su causa.
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Muchos descubrimientos se realizaron estudiándola, como el hecho de que los genes ocupan lugares concretos en los cromosomas, la herencia ligada al sexo, el efecto mutagénico de radiaciones, mecanismos de desarrollo embrionario, dinámica de poblaciones y un largo, larguísimo etcétera. Toda esta información científica hace de Drosophila uno de los organismos modelo en investigación. Su estudio ha aportado más de un Premio Nobel. Y de dos.


CULTIVO DE DROSOPHILA

He indicado que su nombre indica "Amante del amanecer" y que voy a explicar su causa, pero antes creo necesario una, digamos, explicación previa. 

En laboratorio, Drosophila crece en frascos con un cultivo sólido de maíz u otros elementos nutritivos que también contenga algunas vitaminas y sales minerales. Las larvas crecen en el medio de cultivo y, al llegar la fase de la pupación, se sitúan en las paredes de los frascos, en un lugar con cierto nivel de humedad, y allí llevan a cabo su metamorfosis. De las pupas saldrán los adultos jóvenes, blanquecinos y con las alas plegadas a lo largo del cuerpo como si fuesen un abanico. Estos adultos jóvenes son muy voraces, pues en menos de dos horas han de comer lo suficiente como para obtener los compuestos con los que sintetizar el esqueleto externo (exoesqueleto) y endurecer las alas, después de haberlas expandido. A las dos horas de haberse llevado a cabo la emergencia de las pupas, las moscas ya tienen el aspecto de adultos. Al poco tiempo serán fértiles.

ADULTOS CASI RECIEN NACIDOS.
SIN PIGMENTO (B) Y ALAS PLAGADAS (C)

Los cruzamientos realizados con Drosophila han de ser controlados. Las hembras han de ser vírgenes y así poder estudiar su descendencia, sabiendo cómo era el genotipo del macho que la fecundó. La obtención de hembras vírgenes se hace mediante un método muy sencillo. Basta con poner ante la luz natural, por ejemplo junto a una ventana, frascos de cultivo en los que hay pupas, durante unos minutos. Es algo que siempre me ha maravillado. 

Aún ahora, al escribirlo, no deja de sorprenderme este hecho. Las pupas se sincronizan con la cantidad de luz natural que le llega de modo que programa su desarrollo para que emerjan los adultos al amanecer. Al dia siguiente o pasados más días. La programación está hecha.


ADULTO CON SU ESQUELETO QUE LO DEFIENDE DE LA DESECACIÓN

Digo que me maravilla y lo explico. A lo largo del día, hay dos veces en que hay una misma intensidad de luz, por la mañana y por la tarde. Pero por la mañana esa intensidad crece, mientras que por la tarde, decrece. Tal vez ese sea el motivo por el que las pupas deben estar expuestas varios minutos a la luz natural, que las pupas noten que la luz crece o decrece. Desconozco el mecanismo bioquímico mediante el que una información luminosa es transformada en pauta de desarrollo, pero es así.

En cepas cultivadas en laboratorio este comportamiento se mantiene, incluso cuando las cepas llevan muchas generaciones alejadas del mundo natural. La selección natural debió actuar de modo muy intenso contra los mecanismos que no obedecían estas pautas temporales, de modo que hoy, todas las cepas se comportan de este modo. Indudablemente, un adulto recién nacido sin esqueleto quitinoso bien formado, expuesto al sol, se secaría al momento y sería víctima de un efecto letal.

Este proceso selectivo debió ocurrir en fases muy tempranas de la formación del género Drosophila, pues todas las especies de este género que conozco, poseen este comportamiento en su nacimiento. Nacen al amanecer, antes de la salida del sol.

De ahí viene su nombre: Drosophila, amante del amanecer.


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martes, 16 de agosto de 2016

Nombres en biología: 6 Narciso, Caléndula

Narciso fua convertido en flor por su petulante presunción. La humilde Caléndula, útil para los humanos, recibe un nombre bonito gracias a su constante florecimiento.

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La mitología nos habla de un adolescente engreído llamado Narciso, a la par que nos cuenta historias de dioses próximos a nosotros con sus virtudes y defectos, es decir de dioses humanos, .

Tuvo muchas enamoradas, una de ellas llamada Eco. También era hermosa, tanto como solo se puede ser en una fábula, pero Narciso la desechó. Aunque Eco era una ninfa, no tuvo una vida feliz. Con una hermosa voz y sencillos modales, muchos la cortejaban, aunque ella sólo tenía ojos para Narciso. También Zeus se enamoró de ella y quiso seducirla. Hay versiones si lo consiguió o no, pero lo cierto es que Hera, esposa de Zeus, castigó a la ninfa, quitándole la iniciativa en el habla y permitiéndole sólo repetir las últimas palabras emitidas por su interlocutor. Humillada por no poder entablar una conversación, Eco se fue a vivir a valles y montañas, donde a veces intentaba hablar con caminantes, pero nunca lo consiguió.

COMO MIRÁNDOSE EN EL AGUA

Tras el desdén de Narciso, aún se retiró más y casi se hizo invisible. Fue entonces cuando Némesis le impuso un castigo al adolescente endiosado: se enamoraría de alguien imposible de alcanzar. Así ocurrió. Narciso se asomó a unas aguas tranquilas, dicen que para beber de ellas, se vio reflejado y quedó prendado de rostro tan hermoso. Al quererlo besar, murió ahogado.

MIRANDO AL SUELO

Hoy, este mito ha dado origen a diversos calificativos referidos a personas que se deleitan en cualidades propias, tanto físicas como intelectuales. Creo que se aplica más a personas del género masculino, no tengo claro haber escuchado este adjetivo aplicado a mujeres.

En botánica hay una hermosa flor que aparece en los primeros meses del año. De color brillante, está inclinada hacia el suelo, como haría si se contemplase en un estanque. Por ambas coincidencias, hermosura y cara orientada al suelo, la flor se llama Narciso.


CALÉNDULA

Una flor frecuente, y bonita, es la caléndula. Tiene el aspecto de una margarita, pero de color amarillo intenso, parecido al de una yema de huevo. Es una planta muy utilizada en farmacia, tanto sus flores como sus hojas. También para cocina tiene sus adeptos en ensaladas.

Es muy abundante, crece en bordes de caminos y a veces es posible encontrar campos enteros teñidos del color amarillo de sus flores. Eso de que la planta crezca en bordes de caminos, cualquier biólogo lo explica como el resultado de la dispersión de sus semillas por parte de caminantes. Los frutos tienen una especie de espinas que hacen que quedan enganchados en ropas de caminantes, o en patas peludas de pequeños mamíferos.



Siempre están en flor, pues florecen cada 30 días, más o menos. Los primeros días después de haber florecido, las flores están lozanas, carácter que van perdiendo con el paso del tiempo.

Los romanos dividían sus meses en tres períodos: las calendas,(los primeros días), los idus (los medios) y las nonas (los finales). Puesto que estas flores son más vistosas en los primeros días de su mes de vida, y los romanos llamaban calendas a tal período, la planta recibió el nombre de Caléndula.


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jueves, 11 de agosto de 2016

Estos incendios de hoy día

Los veranos tienen un aire recurrente en el que nos sentimos cómodos. Las hogueras de San Juan, los fuegos del Apóstol, las romerías de san Roque, las procesiones marinas del Carmen, el paso de peregrinos, las Perseidas con San Lorenzo. Siempre, los incendios forestales como telón de fondo. Con ellos no nos sentimos nada cómodos. Nunca nos acostumbraremos a ese fuego traidor que, siempre, nos genera la misma zozobra. ¿Hasta cuándo será así?
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Porque sabemos que aunque vendrán cada año, siempre querremos que éste en el que vivimos sea el último. Es un mal que se ha hecho endémico de nuestro paisaje y no es raro el día en el que no vemos una columna, o más, de humo que nos indica que sí, que allí, hay fuego. Luego nos dirán que si  fue provocado, que si las condiciones climatológicas, que si las culturales, que si tal y que si cual. Razones nunca faltan, pero no comprendemos ni compartimos.



Tampoco voy a decir que los que mandan quieran que haya fuegos, no es eso. Pero tampoco veo que hagan mucho para evitarlos. Porque los incendios se pueden evitar luchando contra sus causas antes de que ocurran, o bien intentando sofocarlos cuando ya han ocurrido. La verdad es que, en Galicia, veo pocas medidas preventivas de incendios. Tan pocas como ninguna. Tan sólo cuando aparecen los primeros fuegos, se espera a los segundos y entonces salen a las carreteras y caminos unos coches más propios de museos y talleres de desguaces intentando resolver y solucionar lo que ya no tiene solución.

Se clama por una ley de montes y por brigadas de mantenimiento del monte que actúen todo el año, pero eso parece que es mucho pedir en este país en que las austeridades están consagradas cuando se trata de inversiones con estos fines. Los técnicos hablan de medidas preventivas implantadas en otros países y que han sido eficaces, pero aquí nunca se hace nada de ese tipo.

Los montes están sucios, llenos de maleza seca y cualquiera que cruce Galicia por carretera lo puede comprobar. Por otra parte, el bosque autóctono pierde terreno frente al  pino y al eucalipto, especie ésta predilecta de cierto tipo de empresas. El eucalipto reseca el terreno, ya lo sabemos, pero actuamos como si no lo supiésemos.


Con la dispersión de población que tenemos en Galicia, a poco que ardan unas hectáreas, tendremos al fuego en las puertas de las casas. Es entonces cuando gente anónima, pero generosa y altruista, la misma que se echó a las vías del tren accidentado en la tarde del 24 de julio de 2013 para ayudar en lo que se pudiera cuando lo del Alvia en Angrois, esa misma gente, repito, no tiene reparo ni miedo alguno para acudir con cubos, mangueras domésticas, con lo que sea, para ayudar a los bomberos e intentar salvar también eso, lo que sea. 


Mientras, las autoridades a miles o centenares de kilómetros de distancia, hablaran de manos diabólicas y otras metáforas, pero se olvidarán de pasividades cómplices que no quisieron, o no supieron, cortar por lo sano cuando aún no habían llegado los tiempos de lamentarse. 

Estos tiempos que, justo, vivimos ahora.


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sábado, 6 de agosto de 2016

Ese perro abandonado...

Estamos en tiempo de abandono de mascotas. Por miles de causas, o tal vez por una sola, lo que comenzó siendo un episodio feliz en el hogar, ha pasado a ser un molesto incordio. Hoy se abandona al perro sin pararse a pensar que, también, es un ser con sus propios sentimientos. Tal vez esa crueldad sea signo de un fracaso doméstico.
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La verdad, es que me molestan esas fotos de perritos abandonados, acompañadas de comentarios que me suenan a ñoños: “mi hijo”, “para comérselo”, “un angelito”… Y me molestan esas frases, porque un perro abandonado no es, creo yo, ni un hijo, ni está para comérselo ni es un angelito. Es eso, un perro cruelmente abandonado. Ni más, pero tampoco menos.



Para mi forma de pensar, representa una ilusión del cachorro, de un ser vivo, cruelmente truncada. Un proyecto roto de vida conjunta con una familia, porque “las cosas” no vinieron bien en su casa de acogida y, claro, si es preciso cambiar algo, se hace cortando por la parte más débil. Se abandona al perro y haya paz y después gloria. Es entonces (es ahora), cuando, previniendo ese desastre, aparecen campañas intentando que la gente no los abandone. Las fotos de las campañas son descorazonadoras, mostrándonos cachorros con dolor, sentimientos a flor de piel y con la desilusión por un mundo perdido, pero que llegaron a adivinar lleno de encanto y cariño. Sólo lo han podido vislumbrar, pues se les ha roto de la noche a la mañana.

Los textos de las campañas son acertados. Que no maltratemos a los animales, que el abandono es el maltrato más intenso y que, casi seguro, les lleva a una muerte lenta. El perro que llega a la calle procedente de un hogar, no está preparado para vivir en soledad, ni en el monte ni en la ciudad. No sabrá integrarse en una manada, será excluido de cualquiera de ellas y sucumbirá más o menos pronto. 

Hay que saber que el perro en una casa no es un objeto de consumo. No es un móvil de última generación ni un juego electrónico maravilloso. Tampoco es un adorno o un capricho hecho regalo. Un perro no es nada de eso, es un ser vivo y, como tal, capaz de sentir del mismo modo que sentimos nosotros. Por eso no se puede (no se debe) jugar con sus sentimientos. No sé hasta qué grado sienten otros animales también utilizados como mascotas, pero el perro siente hasta niveles insospechados. Un perro quiere, protege, ofrece lealtad y abnegación, acompaña y, con la misma intensidad, sufre cuando se ve menospreciado y, en el grado máximo, abandonado. 

Sí, el perro no es una cosa que sólo requiere un sitio en la casa. Precisa un cuidado diario, hay que proporcionarle cariño, comida, atención médica. Tiene que sentirse seguro y, de modo especial, saber que forma parte de la familia con la que vive. No sé si un niño, muchas veces su propietario en el ámbito familiar, es capaz de proporcionarle todo eso, pero con la ayuda de los mayores, claro que puede y el perro se sentirá feliz y transmitirá felicidad a su familia de acogida.

Creo que tener un perro es una buena escuela en la que desarrollar un montón de cualidades humanas. Estoy seguro que para muchos es una fuente inagotable de múltiples compensaciones afectivas. Pero también estoy convencido de que es preciso un buen acopio de cariño y de saber lo que se quiere cuando se está dispuesto a mantener un perro cerca de uno y, por tanto, se acoge en la propia casa. 

Tal vez por no haber previsto los cuidados que requiere su presencia en una vivienda, es posible que sus habitantes se cansen pronto de él, de la novedad que supone su presencia y su compañía en la casa. Incluso se arrepienten de haberlo acogido. A partir de ese momento, su cuidado pasa a ser una carga. Para que esto no ocurra, es preciso que todo esté muy hablado y previsto antes de dar el paso, siempre serio, de traer un ser vivo a casa. Llegado un punto de cansancio, alrededor del perro se puede generar un ambiente adverso. También el perro se dará cuenta que ya no hay tanto juego a su alrededor, ni tanto cariño. Lo nota, comprende que molesta. Hasta que llega un día en el que se le abandona. En todo ese proceso, que comenzó por no prever los problemas que podrían aparecer, es donde veo un asomo de fracaso familiar.

Las estadísticas hablan de mayor frecuencia de abandono en los meses posteriores a navidad, cuando el cachorrito fue un regalo bienvenido, pero atolondrado. Pasados unos días y con ellos la novedad, adquirió el rango de estorbo. También los meses de verano son proclives al abandono, cuando hay que ir de vacaciones, pero en muchos sitios no admiten mascotas. La solución al problema ni se discute: se abandona al perro cuando no se le quita la vida de cualquier forma. 

La verdad es que no entiendo esos niveles de profunda crueldad que mantenemos con muchos animales. En no pocas ocasiones los hemos matado simplemente por diversión, sin que por su parte exista otra causa a tanto dolor que eso, ser incapaces de defenderse. Por eso mismo, los perros abandonados me duelen mucho, porque se les ha defraudado en lo mejor que han podido darnos, su cariño y su lealtad. 

El abandono de perros no es algo de este tiempo. Muchos cazadores los matan al terminar la temporada de caza. También en las aldeas se abandonan perros, donde el espacio no es problema. Creo que detrás de esta actitud, maldita actitud, campea el sentirse dueños de la creación, aquel falso sentimiento de propiedad hacia todo el entorno, incluyendo a los seres vivos y, por tanto, no sentirse responsables de nada que les pueda acontecer. A veces, en no pocos casos, tal sentimiento de propiedad llega hasta matar a las mujeres. 

Cómo añoro un buen sistema educativo que haga ver a nuestros estudiantes, adultos dentro de poco, que compartimos espacio y propiedad con el resto de seres que nos rodean.

Yo no puedo tener perro, y me apena admitirlo. Se me van los ojos llenos de envidia cuando veo a alguien tranquilamente paseando con su mascota. Sé que entre ellos se han establecido múltiples corrientes afectivas recíprocas. He conocido amigos que mantenían una intensa relación con su perro, casi una camaradería, y siempre la admiré.

ESTE PERRO, CON SU HATILLO DE VAGABUNDO,
ME PARECE UNA BURLA CRUEL

DE LOS AUTÉNTICOS ABANDONADOS.

Me avergüenza reconocer que somos los primeros de la Unión Europea en abandono de perros. En esto, sí somos líderes.





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