jueves, 5 de febrero de 2015

PASEANDO POR LA MURALLA LUCENSE

En Lugo siempre la hemos llamado en singular, la Muralla, escapándonos de los grandilocuentes plurales que no vienen al caso, (las Murallas). Ese, el plural, queda para regidores y capitostes cuando hacen de tal: “Visitais nuestras Murallas…”y creen que con su perorata copan un sitio en la historia.

HERMOSA, CON DIECISEIS SIGLOS DE EDAD
Ya lo digo, para nosotros, los de a pie, siempre ha sido singular, la Muralla, y un montón de calificativos mas, tal vez muchos de ellos indicadores del modo en que este Monumento está integrado en nuestras vidas. Para mí, viene a ser como un telón de fondo de mi vida lucense.
Cuando yo era niño, me gustaba acceder a su adarve por la rampa de la Puerta de Santiago. La rampa me resultaba cómoda y eliminaba los vértigos que me inspiraban las diferentes escaleras. Ahora me ocurre lo mismo. Incluso en pequeños detalles, parece como que con la edad regresamos a los principios.
CHIMENEAS CERCA DE S. FERNANDO,
VESTIGIO POPULAR, HOY PERDIDO
Lo revivo cada vez que subo: en cuanto piso su superficie, me parece haber entrado en otro mundo. Y creo que ese aspecto mágico de llegar a “otro mundo” lo hemos sentido muchos lucenses al hablar, por ejemplo, de dar un paseo por la Muralla. Los paseos por su adarve han formado parte de nuestros ritos cotidianos. Y como el Monumento está completo, es posible pasear en cualquiera de las dos direcciones que uno quiera tomar al llegar arriba. Siempre volverá al sitio de origen, no como en “la vida”, que nunca se puede volver.
Se ha dicho que el paseo por la Muralla es un hermoso muestrario de todo lo representativo que hay en la ciudad, y lo creo totalmente. Desde los hermosos paisajes que se pueden ver hacia el Oeste, con sus puestas de sol, hasta los lejanos Ancares, allá en los límites con León, el paisaje es generoso en eso de aportar imágenes para soñar o disfrutar.
LAS GRUAS HABLAN DE UN PROGRESO
QUE DESTRUYÓ ESTE PAISAJE URBANO
Pero siempre me gustó más el paisaje urbano. Desde el hermoso skay line visible desde lo alto de la Puerta del Hospital, al deteriorado del Barrio del Miño y la Tinería. El paisaje en que se veían las torres de la catedral sobre un mar de tejados, siempre me recordó a una gallina con sus polluelos. Presento una foto de 2008 y vemos en ella la cantidad de grúas que nos querían infundir la idea de progreso que tan de moda estaba entonces. Por cierto, la foto es irrepetible, pues los mamotretos construidos mientras se progresaba, han estropeado todo, como suele ocurrir.
UN PASEO DE ESTE TIEMPO
También han desaparecido las casas adosadas en la cara externa de la Muralla, y con ellas sus tejados. Fue una larga tarea aquella de ir eliminando tales casas, dejando libre la perspectiva del Monumento. Recuerdo las obras de apuntalamiento, reconstrucción y restauración de los paramento dejados al descubierto, conforme iban desapareciendo las casas.
POR UNA DE ESTAS VENTANAS
SALIA EL SONIDO DE UNA RADIO
Ganó mucho la Muralla. Tal vez ganó, no lo dudo, para el visitante que viene a verla, pasear por ella, fotografiarla y marchar con sus fotos y su recuerdo. Creo que a los lucenses, a mí al menos, nos han dejado una Muralla descafeinada, esterilizada, falta de aquella vida que tenía cuando veíamos las chimeneas echando humo en sus casas adosadas o escuchábamos la radio gracias a alguna casa con las ventanas abiertas. Todo aquello se nos fue y de modo irrecuperable, como muchas otras cosas.
VESTIGIOS DE OTRO TIEMPO,
HOY DESTROZADOS
Otra cuestión es si lo echo de menos. No sé para otros lucenses, para mí esta Muralla de ahora es más impersonal. Más monumental, qué duda cabe, pero carece de aquel aire como de familia. Ya no me parece integrada en el conjunto ciudadano como lo estaba antes. Tal vez sea una apreciación muy personal, pues pasear por su adarve me sigue pareciendo adentrarme en otro mundo, pero no sé.
UN LUGAR PARA PASEAR DISFRUTANDO
O DISFRUTAR PASEANDO
Hay dos cosas que se me han quedado clavadas de mis paseos infantiles por la muralla: detrás del convento de franciscanos había una huerta. Si veíamos algún fraile haciendo labores de labranza decíamos que estaba haciendo penitencia. (Hoy aquella huerta está substituida por unas pistas de baloncesto donde juegan los alumnos de un colegio franciscano de pago). Otra cosa que recuerdo de modo entrañable es que por la Mosquera había una casa de la que salía el sonido de una radio. Siempre había personas sentadas en las barandas de la Muralla escuchándola.
Tal vez hoy la muralla está mas para ser vista por los de fuera, pero puede que los de aquí la vivamos menos. Es difícil de explicar, pero yo me entiendo.


viernes, 30 de enero de 2015

EN EL CAMINO DE SANTIAGO: LOGOTIPO APOSTÓLICO

LOGOTIPO GREMIAL EN PORTOMARIN
Muchos las conocen como señales de cantero, pero bien podrían llamarse logotipos gremiales, hablando de esos trabajadores. Somos muy esclavos de las palabras y más cuando tienen años de historia. Símbolos, logotipos, emblemas, no lo sé, en el fondo son recordatorios que nos transmiten algún tipo de información sin necesidad de texto. Muchos creen que son propios de épocas incultas, remotas. A esos les remito a los símbolos que nos informan en las autopistas, por no hablar de los múltiples indicativos que podemos encontrarnos en instrumentos muy de hoy, como pueden ser teclados de aparatos electrónicos diversos.

COLECCIÓN PARTICULAR
LUGO
Pero sí, el mundo de los símbolos “parece” haber tenido una época de esplendor en los albores de la alta Edad Media, justo cuando la vieira fue asumida como símbolo de lo jacobeo.
Hay dos símbolos jacobeos digamos, consagrados, que no sé si son generales o específicos. Me refiero a la vieira y a la flecha amarilla. No sé si la vieira representa lo relacionado con el Camino y el Apóstol y si la flecha amarilla se refiere sólo al Camino, indicando su itinerario. Desde luego, la flecha es algo mucho más reciente, pues su padre fue D. Elías Valiño, a quien muchos conocimos. Lo que sí creo es que representando lo jacobeo, la vieira abarca más cosas que la flecha.
En la catedral de Santiago nos encontramos con otro símbolo jacobeo. Diríamos que otro logotipo. Me refiero a una estrella de buen tamaño, de la que cae un rayo zigzagueante. Esta estrella es claramente una evocación a la leyenda inicial relativa al descubrimiento de la tumba apostólica. Una leyenda bonita, mágica, atractiva, muy al gusto de los caballeros coetáneos del Códice Calixtino, pero que hoy nadie cree. Es insostenible con los conocimientos actuales, pero tampoco nadie la va a eliminar, ni siquiera lo intenta. Sin embargo, y me gusta decirlo, no hay ni un solo dato contrario a la idea de la presencia en Compostela de los restos del Apóstol. Sabemos que un solo dato contrario, uno sólo, bastaría para
LA ESTRELLA SOBRE EL "ARCA MARMÓRICA"
ÁBSIDE DE LA CATEDRAL COMPOSTELANA
desmontar la historia, pero no lo hay. Es más, cada descubrimiento nuevo, afianza su veracidad tal como la conocemos, como ocurrió con la aparición de la tumba de Teodomiro, hasta entonces personaje de leyenda.
El logotipo al que me refiero, la gran estrella con un rayo que baja de ella, está en la catedral en algunos lugares muy singulares. Por ejemplo, en el ábside, bajo la imagen del Apóstol que abrazamos, hay un altar apenas visible desde la girola. En él hay un arca de mármol y sobre ella está la estrella. Leí en algún sitio que ésta es el “arca marmórica” que descubrió el monje Pelayo y que reconocieron Teodomiro y Alfonso II, en cuyo interior estaban los restos de Santiago y los dos Varones Apostólicos. No lo he vuelto a ver escrito en ningún sitio, y en la catedral “parecen” no darle mucha importancia, pero está allí para quien lo sepa y sobre ella está el logotipo apostólico.
BAJADA AL SEPULCRO
Reaparece en la escalera de acceso a la cripta en la que se veneran los restos del Apóstol. En texto latino, se puede leer “Sepulcro del Glorioso Apóstol Jacobo”.
MONASTERIO DE SAN MARIN
PINARIO. 
No obstante, he encontrado más logotipos similares. Uno de ellos puede verse en ese gran monasterio compostelano que es San Martín Pinario. Una de las puertas de acceso a la sacristía está llena de casetones con esta imagen. Pero no olvidemos que este monasterio siempre, desde su fundación, tuvo una gran vinculación con el Apóstol, estando, incluso, encargado de la custodia de sus restos.

También un amigo mío de Lugo, experto coleccionista, posee un ejemplar de este logotipo. Me dice que era símbolo de albergue de peregrinos. Tal vez de albergue catedralicio, no lo sé.

viernes, 23 de enero de 2015

La jarra con azucenas como símbolo mariano

En estos pasados días de tiempo adverso, me dediqué a visitar templos y lugares dedicados al culto. Observé en ellos símbolos marianos y dejé volar a la imaginación.
Al no existir imágenes reales de los seres celestiales, quienes preconizaron su culto los adornaron de símbolos con los que, el pueblo fiel, pudiese reconocerlos. Al santo, o al dios, se le identificaba por su imagen representativa: si tiene alas en los tobillos, es Mercurio; si un águila y el mozo escribe, es San Juan; si tiene un caduceo, es Hermes; si es un triángulo equilátero con un ojo en su interior, es la Trinidad; si es una camarera con dos ojos en su bandeja, se trata de Santa Lucía...; y así un largo, larguísimo etcétera.

 En nuestra cultura nos hemos movido con símbolos que nos aportaron más información de la que podemos imaginar. Y no debemos creer que los símbolos son propios de tiempos pasado, pensemos en un actual mando a distancia de tv o dvd, por no hablar de los paneles infortativos en autopistas y autovías, todos ellos con numerosos símbolos que encierran información precisa. Las personas que forman parte de cada cultura disponen de los medios intelectuales adecuados para interpretar los símbolos propios de cada tiempo. 
La religión cristiana no iba a estar libre de esta costumbre. Veamos. A comienzos de la época gótica se deja de representar a Cristo como juez, y su imagen se cambia por la de un hombre. Lejos queda el pantocrátor justiciero que, incluso, muestra sus llagas como señal de haber conquistado su derecho a juzgarnos, como vemos en nuestro Pórtico de la Gloria. Las órdenes mendicantes, franciscanos y dominicos, se han echado a los caminos a predicar un Cristo próximo, amigo. Un hombre.
RIBADAVIA

ANTIGUO CONVENTO, HOY RESIDENCIA
DE ANCIANOS. RIBADAVIA
En los accesos a edificios religiosos, fue frecuente en esta época representar la Anunciación del ángel, el momento en que Cristo se encarna y, por tanto se hace hombre. Aparece la pareja de personajes, María y Gabriel, que sostiene unos pergaminos en los que está escrito su saludo: Ave, Maria, gratia plena… Esta pareja es frecuente en muchas portadas góticas o románicas de transición, como el pórtico de la catedral de Tuy o parte superior de la fachada de platerías de la catedral de Compostela. También aparece en el porche de Sta. María Salomé, en Compostela, o en la fachada de Sta. María del Azogue, en Betanzos. Hay múltiples ejemplos esparcidos por nuestra geografía.
STA. MARIA SALOMÉ. SANTIAGO
STA. MARIA SALOMÉ. SANTIAGO

A propósito de la iglesia brigantina, he de decir que hay más iglesias dedicadas a Sta. María del Azogue, como la de Benavente o la de Ureña. Siempre me intrigó este nombre y nadie me lo ha explicado. Azogue, en la alquimia, era el nombre aplicado al mercurio, elemento químico al que los griegos llamaron hidrargirium “plata líquida”. Mercurio también era el nombre de un dios romano, concretamente el recadero de Zeus. Tenemos  que, según los Evangelios, el recado de su futura maternidad lo trajo San Grabriel a María de parte de Dios Padre. ¿Hay confusión de nombres para esos personajes? ¿Se
STA. MARIA DEL AZOGUE
confunde a Mercurio con Gabriel? ¿Por qué se esconde a Mercurio tras su nombre cabalístico de Azogue? Tal vez el desconocimiento era grande entre la gente, analfabeta y con vidas tan llenas de penurias como para entretenerse en dilucidar confusiones que, quiero creer, tampoco les quitaban el sueño. Tal vez, también hubo un intento de esconder creencias perseguidas...
Volviendo al tema de inicio, en la iconografía que mencioné al principio, María ya se representa embarazada. Tanto en las imágenes de Sta. María Salomé, como en la de Sta. María del Azogue, está claramente embarazada, con su mano amorosamente acariciando su vientre.
MERCEDARIAS. COMPOSTELA
No obstante, ante aquella gente inculta, era preciso que algo recordase su virginidad. Así surgió un símbolo mariano que ha perdurado durante siglos, más allá del estilo gótico, que fue el que lo generó. Me refiero a la jarra con azucenas. Este adorno acompaña a María en múltiples representaciones de la Anunciación, desde una temprana época gótica (Ribadavia) a la barroca (Mercedarias de Santiago, siglo XVII)
La jarra representa la feminidad más íntima. Las azucenas han sido símbolo de la pureza. Por eso, estas flores saliendo frescas de la jarra, evocan la pureza de María en un momento, el de la concepción de su Hijo, en que es más preciso creer en ella.

El símbolo ha sido utilizado incluso sin la presencia de la imagen de María, como adorno y señal en los edificios y construcciones dedicadas a ella, como en el campanario de la Giralda de Sevilla, en la torre del reloj de la catedral de Lugo, así como en múltiples fachadas de monasterios cistercienses, como en el de Meira.

GIRALDA DE SEVILLA
TORRE DEL RELOJ. CATEDRAL DE LUGO

FRONTAL DEL ANTIGUO MONASTERIO DE MEIRA

viernes, 16 de enero de 2015

BALCONES REALES (LEYENDA COMPOSTELANA CASI OLVIDADA)

A veces sólo vemos lo que queremos ver. En otras ocasiones, ni eso.
Me explico. Hay una prueba documental de un hecho curioso, tal vez desafortunado, pero que está ahí y que sería muy del gusto del turista actual y que más de un guía ilustraría con comentarios personales, pero todo queda en eso. Nadie lo ve porque, tal vez, nadie lo quiere ver o lo prefiere mandar al sitio del olvido o, simplemente, por eso, porque no lo ve.
Vamos a ver, ¿Quiénes, de entre los compostelanos, conocen a Lola la Perillana? Creo que nadie. La verdad. Voy a relatar algo de su historia en cuanto se relaciona con el patrimonio compostelano.
FACHADA DEL HOSPITAL REAL
LAS CADENAS DEMARCAN EL ESPACIO CON DERECHO DE ASILO
Pero antes, conviene dar un repaso al lugar en que incide su actuación: el Hospital Real, hoy Hostal de los Reyes Católicos. Se construyó este edificio en las postrimerías del siglo XV y su estilo comenzó siendo gótico, aunque con los retrasos de las obras, los pisos altos fueron de un nuevo estilo emergente, el renacimiento. Este nuevo estilo no está muy presente en Galicia, ciñéndose casi en exclusiva a edificios diseñados por arquitectos foráneos que actuaban en obras de promoción real. Este es el caso del Hospital Real.
Cuando Isabel y Fernando vinieron a Galicia, visitaron O Cebreiro, donde regalaron los relicarios que aún se mantienen en uso, hicieron escala en el Monasterio de Samos para, finalmente, llegar a Compostela. Allí debió impresionarles la penuria de hospedajes que había en la ciudad, y decidieron construir este Hospital. En él se cobijarían peregrinos, se les daría de comer y, también, se intentaría que curasen sus males. En aquella época, los Hospitales dispensaban más servicios que hoy, y no solo a enfermos. Los Reyes lo colmaron de privilegios, entre otros el derecho de asilo, acotando su espacio delantero por una gran cadena sostenida por elaborados soportes, demarcando de este modo el terreno protegido.

ACCESO AL BALCON CON ORNAMENTACIÓN BARROCA
El edificio era de planta baja y un piso. En su interior, albergaba cuatro patios. Una hermosa fachada plateresca adornaba (y adorna) la entrada. En el primer piso había  cuatro balcones independientes a los que se accedía por sendas puertas preciosamente adornadas con estructuras renacentistas, como columnas exentas, esculturas y tímpano triangular. Todo ello confería belleza y modernidad a la fachada. Debió ser bonita, pero hoy no queda casi nada de ella.
En el siglo XVIII se revolucionó la apariencia compostelana. Las fachadas se modernizaron. Decir modernizaron, quiere decir que se pusieron al gusto de entonces, claro, dándoles como un tinte barroco. Por ejemplo, los balcones empezaron a gustar corridos, uno solo en la fachada, o dos si la altura de la ornamentación de la puerta interrumpía la posibilidad de uno solo. Es lo que le ocurrió a la fachada de San Xerome, también en la plaza del Obradoiro, justo frente al edificio que nos ocupa. 
BALCONES CORRIDOS EN EL HOSPITAL REAL
Esto de los balcones ocurrió en los edificios que albergaban instituciones civiles. Mientras los monasterios continuaron con pequeños balcones en sus fachadas (Samos, Oseira, Armenteira, etc.), las sedes de instituciones civiles, como el Ayuntamiento de Lugo, el Hospital Real o San Xerome, por citar algunos casos, quisieron balcones amplios para, de este modo, poder salir a lucirse todos los miembros de los comisiones rectoras cuando tuviesen ocasión, como en fiestas de todo tipo.
Como decimos, al Hospital Real también le llegó esta fiebre renovadora. De entrada, se eliminaron los cuatro balcones y se transformaron en dos que corrían a ambos lados de la fachada. Se puso una gran cantidad de soportes para esos balcones, que fueron de piedra y hermosamente esculpidos. Las puertas de acceso a los balcones también se orlaron con adornos barrocos, pero no todas.
ACCESO RENACENTISTA AL BALCON
 CORRESPONDIENTE
A LAS HABITACIONES DE LA PERILLANA
Es aquí donde entra en escena Lola, la conocida como Perillana, una mujeruca de baja extracción, ya se me entiende, que había sorbido la cabeza al maestro de obras. Conforme fueron acentuándose los amores, la Perillana se hizo más y más asidua al Hospital Real de modo que llegó a pasear por las obras como si dependiesen de ella. Pronto consiguió instalarse en unas habitaciones situadas en el ala izquierda del edificio, con dos balcones y vistas a la plaza y al monte Pedroso. En su encaprichamiento, mandó detener las obras en sus habitaciones, no quería ver ni a un obrero en ellas.No era tonta Lola, cualidad que suelen tener estas mujeres.
Luego, transformó sus habitaciones en un lugar de lujo, donde no pocos compostelanos querían ser recibidos. Ella, los agasajaba con mesa y bodega, música, cantos y jaleos que se prolongaban hasta bien entrado el amanecer. El dinero para atender los gastos salía del presupuesto de las obras, que llegó a agotarse y fue preciso detenerlas cuando aún no habían terminado.
COEXISTEN AMBOS TIPOS DE ACCESO AL
 BALCÓN. A NADIE IMPORTA
Se nota la detención de la reforma, pues los balcones que daban a las habitaciones de la Perillana quedaron sin modificar, como se ve cuando se mira la fachada con detenimiento.
Hoy muchos reniegan de ella, incluso han conseguido casi que se olvide. Para otros, yo entre ellos, su loca actividad consiguió dejarnos una prueba de cómo fueron esos balcones iniciales, por lo que le estamos agradecidos. Están alli, en la fachada, y los vemos sin necesidad de recurrir a grabados antiguos o a descripciones de terceros. Quien vaya hasta alli puede verlos.

sábado, 10 de enero de 2015

A VUELTAS CON LO DIVINO

SOLSTICIO DE INVIERNO, 2009
CATEDRAL DE SANTIAGO
Alguien me dice que el rayo presente en una foto mía, publicada aquí, le evoca la divinidad. La verdad es que lamento tal evocación, pues un fenómeno natural, perfectamente predecible, no debería evocar nada divino, que suele ser sinónimo de inusual, extraordinario, A los hombres de ciencia no les gusta la idea de un Dios contraviniendo las leyes naturales. “Dios no juega a los dados”, dijo Einstein cuando, admitiendo su existencia, rehusaba la idea de que rompiese las leyes naturales, impuestas por Él mismo, dando paso al azar.

Esto de Dios y las leyes que rigen la naturaleza ha sido objeto de muchas y profundas reflexiones por parte de filósofos y científicos. A la gente de la calle nunca le importó nada, si bien algunas veces persiguió de manera cruenta a quienes, se decía, alteraban el orden establecido. Otra cosa es decidir qué entendemos por “orden establecido”, claro, pero el favor popular es algo de lo que conviene dudar.
SOLSTICIO DE INVIERNO, 2011
CATEDRAL DE LUGO
Hablando de Dios, su Creación y sus leyes, Descartes dijo que al día siguiente de haber creado el Universo, Dios emitió las leyes por las que se regiría, dejó todo funcionando de modo exacto, y se dedicó a otras cosas. A nosotros, decía Descartes, nos corresponde estudiar el modo en que las cosas funcionan y, al hacerlo, estamos estudiando la obra de Dios. A esto se llamó teología natural desde los tiempos de los Padres de la Iglesia.
El concepto de milagro, como alteración del orden establecido, nunca entró en las ideas de filósofos ni científicos. Jamás se rehusó exponer las propias ideas acerca de la divinidad y todos ellos, hasta el siglo XVIII, indicaron en sus obras sus respectivas ideas de Dios y de su incidencia en el mundo. A partir del siglo XIX, las creencias de los escritores pasan a ser algo personal, privado de cada uno. Por tanto, ya no se exponen en las obras científicas y no se pueden deducir a partir de ellas.
NO ES DIVINIDAD DEL BOSQUE
ES EL SOL TRAS UN ARBOL
De todos modos, eso de relacionar la divinidad con manifestaciones inesperadas o de bajísima frecuencia, ha sido una costumbre muy reiterada en la historia de nuestro pensamiento, desde las religiones más antiguas conocidas. Los primeros que se alzaron contra tal manera de pensar, fueron los filósofos jónicos que, ya en el siglo V aC, dijeron que los fenómenos naturales se tenían que explicar mediante causas naturales, que era preciso encontrar mediante el estudio. Como corroboración de lo que decían, predijeron un eclipse solar y acertaron.
No siempre los diferentes descubrimientos fueron objeto de alabanza. Muchos sabios sufrieron persecuciones de diversa índole. No voy a citar ningún nombre, pues no es ésta mi intención ahora. Pero no fueron pocas las veces en que se creyó que el avance científico atentaba contra la religión.
Es curiosa la dualidad, entre ciencia y creencia (a veces en forma de religión) y sus antagonismos. Las religiones, todas, tienden a tranquilizar a sus seguidores, relatándoles mitos que agradan y que contribuyen a hacer más llevaderas sus vidas. La ciencia se preocupa por explicar el entrono y lo que ocurre, sirviéndose de los conocimientos disponibles en cada momento histórico. Nunca la ciencia busca la tranquilidad ni la felicidad de sus seguidores, eso es cosa de cada cual y de su modo de acomodarse a la realidad. La ciencia, simplemente, ofrece interpretaciones pretendidamente fieles y, siempre, en constante revisión lógica, pues nuevos descubrimientos obligan a replantearse los conocimientos previos.
RAYO Y REFLEJO, 2009
ASOMBROSO, PERO NO DIVINO
Hay cosas que las tenemos bien sabidas: en invierno el sol está bajo en nuestro horizonte europeo. El rayo de la foto lo vemos gracias al llamado efecto Tyndall, que es el fenómeno físico que hace que las partículas coloidales presentes en una disolución o en un gas, sean visibles al dispersar la luz. Eso es lo que ocurre cuando ese rayo de sol atraviesa el interior de las catedrales. Si bien sólo entra en ellas en días del solsticio de invierno, cuando está bajo sobre el horizonte. Si vemos el rayo es porque hay polvo en suspensión, o humo en el aire de las catedrales y no creo que, en esto, tengan que mediar divinidades. De hecho, es un fenómeno predecible para esos dias con la única condición de que no haya nubes y, por tanto, luzca el sol.
Presento fotos de rayos de sol penetrando en las Catedrales de Lugo y Santiago. No hice más fotos de ese tipo, pues tampoco voy fotografiando rayos de sol que atraviesen cristales sin romperlos ni mancharlos.

Si a pesar de saber sus causas físicas, uno se siente sobrecogido por la belleza o por cualquier otro motivo personal, es algo muy respetable por mi parte, faltaría más. Sentirse emocionado ante algo bello, es una suerte que conviene cultivar, pues produce muchas sensaciones felices.

domingo, 4 de enero de 2015

CON LA COMPLICIDAD DEL SOL

En esto de fotografiar reflejos, a veces es preciso contar con la complicidad del sol. Si fotografío el suelo mojado, es conveniente tener en cuenta la dirección de la luz, claro. A veces tambíen es preciso programar la hora e, incluso, el día. El sol es un cómplice generoso, pero despiadado en sus tiempos. Me explico.

27 DE DICIEMBRE

Por ejemplo, en el solsticio de invierno (en estos días), el sol, muy bajo sobre el horizonte, entra en la nave transversal de nuestra catedral a través del rosetón que hay en la fachada de Platerías, proyectando un rayo de luz en el suelo. Si el interior del templo tiene polvo en suspensión, o hay humo por efecto del botafumeiro, el rayo de luz se ve perfectamente definido, generando un efecto hermoso, espectacular. La foto que traigo aquí la hice un 27 de diciembre y vemos que terminaba de funcionar el botafumeiro. Su humo resultó ser un buen aliado de mi foto.


SANTIAGO, 14 DE ENERO
Un 14 de enero hice la foto en la que el reflejo se proyecta en una pared. El solsticio quedaba algo atrás, pero el sol seguía bajo. Al atardecer, temprano, incidía en un frente de galerías, cuyo reflejo rebotaba en la pared blanca que vemos, a través de los árboles desnudos. Más adelante, febrero o marzo, el sol ya ha subido lo suficiente como para no reflejarse en las galerías y, por tanto, ya no hay posibilidad de hacer esta foto.

Siempre me gustaron los ventanales reflejando la luz del sol. Galerías o ventanas son igualmente agradecidas en este plan de sacarles su belleza en unos momentos efímeros, especialmente del atardecer.

LUGO, RÚA NOVA
En Lugo, el sol de una mañana otoñal se recreaba en esta superficie de Rúa Nova, Un balcón que siempre me gustó por lo atrevido de su saliente, si bien tiene una buena peana sobre la que descansar. El efecto era bonito, como se puede comprobar (o a mi así me lo pareció).

LUGO, PRAZA DO CAMPO
También en una tarde de noviembre, pero en la Praza do Campo, hice la foto de ese balcón, pues me gustaba el modo en que el sol incidía sobre él. Luego me gustó ver que el dibujo de la barandilla se proyecta sobre la pared.
De nuevo en Santiago, a nadie le sorprendo si le digo que las rúas son fuente inagotable de fotos bonitas. Aunque en no todas las fachadas se refleja el sol del atardecer, hay suficientes vericuetos en las filas de casas (jardin, iglesia, bocacalles, etc.) que permiten el paso del sol entre ellas y, por tanto, la formación de reflejos. Traigo dos que me gustan mucho. 

RÚA COMPOSTELANA
Una, por estar todas las ventanas encendidas de reflejos. También está hecha en una tarde de enero.

OCTUBRE, 2014

La otra tiene la Torre del Reloj, con ventanas que, dada la hora, ya casi no se distinguen, a no ser por reflejar en ellas la luz de un atardecer tardío. ¿Es preciso que diga más?

miércoles, 31 de diciembre de 2014

REFLEJOS EN EL AGUA

Dentro de poco, unas horas, comenzarán los jolgorios de Fin de Año. Adios 2014 y bienvenido 2015.  Momento de repaso de hechos y cosas, unas
EMBALSE DE BELESAR  1968 (MAS O MENOS)
buenas o tras no tanto, que han jalonado un año, el mío.
Me desprendí de mis cerca de tres mil diapositivas, catalogadas todas. Están en una alta institución cultural de Galicia y, a su debido tiempo, sabré cuál será su destino de ahora en adelante, pero estarán a libre disposición de todos.

SAAMASAS  RIO MIÑO
INVIERNO 1968
Es curioso, no me dolió nada desprenderme de ellas. De algunas hice copia digital. Las otras, marcharon como si tal cosa por mi parte. Pero me han dado opción a volverlas a ver y evocar casi cuarenta años míos haciendo fotos. Con ellas van mis aficiones, claro.
Voy a comentar una de ellas. Los reflejos en el agua. También hay reflejos en ventanas, pero hoy hablaré de los que nos ofrecen las superficies acuáticas, o las mojadas.
Mi primera foto en este plan la hice en el embalse de Belesar, cerca de Portomarín. Era una mañana de helada, sin movimiento ninguno de aire y agua totalmente calma. El aire, frio, no alteraba los colores. Así salió la foto que salió. El agua parece un espejo. Fue por 1968.
En la misma época, una tarde de invierno fotografié el rio Miño desde la carretera de As Saamasas, una carretera que siempre me ha gustado para pasear. También tengo cariño a esa foto y a su aire invernal.
NAVIDAD 2005 CERCA DE PORTOMARIN
Esas fotos son de mi colección de diapositivas, escaneadas. Ya con la cámara digital, el dia de Navidad de 2005 hice  esa foto al embalse de Belesar casi vacio, también en día sin viento y el puente viejo al descubierto. Nuevamente simetría.
Las ciudades me ofrecen bastantes posibilidades de fotografiar reflejos. Es cuestión de que tengan los suelos mojados, solo de eso. En cualquier cuidad gallega es muy posible encontrar calles que hacen las veces de espejos mas o menos difuminados.
En este plan, traigo dos fotos hechas en  Lugo.
LUGO, NAVIDAD 2014
NOVIEMBRE 2014
Es curioso, mis primeras fotos las hice con mi cámara analógica, (así se llaman ahora las de este tipo), luego pasé a hacerlas con la digital. Las fotos de suelos de Lugo están hechas con la cámara del móvil.
La de cosas que nos quedan por ver, ¿verdad?.
Feliz 2015. Os deseo a todos un año lleno de ilusiones cumplidas.



lunes, 22 de diciembre de 2014

HUMOR DE ANTAÑO (II) LOS HERMANOS TONETTI

ASÍ LUCÍA EL CIRCO ATLAS
Hace pocos días, en un programa de tv en el que se comentaban cosas de un pasado reciente, se habló de aquel poblado madrileño conocido como El Pozo del Tío Raimundo. De él ya no queda nada, sólo el recuerdo y el respeto por unas personas que, luchando por su dignidad, supieron hacer de aquel territorio algo de lo que enorgullecerse.

Se metía la cámara en un tugurio, que hacía las veces de bar, y en una pared vi un póster del Circo Atlas. Aquel anuncio, como se llamaba entonces, hizo volar mi imaginación y mis recuerdos.
El Circo Atlas venía a Lugo con asiduidad y aquí se le quiso mucho, al circo en concreto y a sus gerentes, los Hermanos Tonetti, payasos que supieron llenar de ilusión y sonrisas nuestra cotidianidad de aquellos años. Tal vez… no recuerdo bien cuándo.
PEPE TONETTI. JUNTO A ÉL
SERVIL, LA SARDINERA
Estando en Lugo, si acaso veíamos a alguna chica fumando o en pantalones, los muchachos decíamos con rotundidad que “son del circo”. Es curioso, más tarde comprendería que en nuestras mentes atribuíamos una especie de zona franca al circo. Veíamos a aquellas gentes como poseedoras de un estatus moral que no era el nuestro y en el que les estaba permitido hacer cualquier cosas. Por ejemplo que una mujer fumase o llevase pantalones, ¡incluso por la calle!.
Íbamos al circo por ver a los hermanos Tonetti. Su risa era contagiosa, aunque la nuestra la tenían ganada de antemano. Seguramente unos días antes mandaban a alguien a Lugo para que se enterase de problemas locales, para hacer chanza con ellos en sus actuaciones. Chistes que, luego, eran repetidos por todos.
Más tarde, cuando mi trabajo me permitió recorrer ciudades españolas del norte, con frecuencia pregunté a compañeros, en caso de hablar de la época infantil, si habían conocido a los Hermanos Tonetti. Siempre en sus caras se dibujaba el mismo gesto, una sonrisa entre nostálgica y agradecida. Claro que los habrían conocido y los recordaban...
LA SARDINERA,
FALTONA Y DE BOCA FÁCIL
Fueron muy críticos los Tonetti en lo relativo a administración local. Inteligentes como eran, sabían que la censura les permitiría decir algunas cosas si se ponían en boca de personas de baja condición social, o pocas luces intelectuales. Su sardinera, la vendedora callejera de sardinas, decía verdades como puños que nos gustaban, también, por ver que había gente con la valentía necesaria para proclamarlas. Siempre simulaba que ella, vendedora de sardinas, se encaraba a una mujer “fina” que despreciaba su producto para, de ese modo, regatear y obtener precios más baratos. Lo que tenía que oir la tal compradora… Siempre ha sido un tandem fructífero en nuestra literatura: el rico ignorante y el pobre, sabio y destemido, pero respetuoso.
OTROS TIEMPOS
De los dos, Manolo era el listo, siempre vestido con ropa blanca y brillante y Pepe el ingenuo, el más entrañable. Recuerdo a Manolo, ya casi terminada la función, tocando “Candilejas” con saxo, con todo el circo a obscuras y él iluminado por un potente haz de luz blanca. Para mí el es recuerdo de la magia circense. Aún me emociona el recuerdo ahora, al evocarlo..
Pero por mucha magia que hubiese allí, fue incapaz de sobrevivir al empuje de la tv. La televisión terminó con el circo y con los hermanos Tonetti, aunque siempre hay actos en su recuerdo y homenaje. 
También en 2014, en este año que termina, los ha habido.




martes, 16 de diciembre de 2014

LIBROS, LIBROS, LIBROS

EL GÓNGORA, EN LAS
 TENDILLAS DE CÓRDOBA
En Santiago cierran librerías. Y en Lugo, Córdoba y Sevilla, las ciudades que mejor conozco en plan de comprar libros. Empecé a hacerlo en la Luque, de la cordobesa calle Gondomar. Luego fui asiduo de muchas, cuyos nombres podría dar, pues ya no existen y, por tanto, tal enumeración no podría ser considerada como publicidad encubierta.
Eso de leer me lo inculcó mi profesora de Lengua y Literatura del Instituto Masculino de Córdoba, hoy Luis de Góngora (el Góngora, para los amigos). Doña María Luisa Revuelta se llamaba mi profesora y, cerca de hacer los sesenta años de entonces, la recuerdo con mucho cariño, gratitud y respeto. También fue cordobesa la primera biblioteca pública que utilicé de modo asiduo.

En estos últimos dias de 2014, aunque ha aumentado la población, hay más centros docentes, se dice que más cultura y ansia por saber, resulta que se cierran librerías. No se venden libros porque no hay quienes quieran comprarlos. Tal vez los precios, claro, tengan algo que ver en esto. Pero yo creo que también pueda ser por falta de interés, o falta de conceder el valor real a estos vehículos del saber que son los libros.
No sé si las bibliotecas están tan frecuentadas como sería de esperar si la gente quisiese leer libros, pero no los pudiese tener debido a su precio. No lo sé ni lo quiero saber.
He encontrado entre mis cosas un discurso que, en 1931, pronunció Federico García Lorca con motivo de la inauguración de la biblioteca pública de su pueblo, Fuente Vaqueros, (Granada), en 1931. Tristemente, el discurso está repleto de actualidad. ¿No creeis así? Lo dejo aquí para disfrute de más de uno.

Sras., Sres:

Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.

Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro,
que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada. 
No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.
Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?
¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.
Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz."
Federico Garcia Lorca


sábado, 13 de diciembre de 2014

NAVIDAD, 2014

Cuando ocurrió el accidente del Alvia, en Galicia se colmaron las necesidades de sangre en unas horas. Pocos días más tarde, autocares del Servicio Galego de Saúde anduvieron por toda la Comunidad recogiendo más sangre, para que nadie que quisiese dar, quedase sin hacerlo. De la actuación de los vecinos de Angrois no digo nada, todos vimos su comportamiento gracias a los diversos canales de TV.

Sigo en esta tierra, la mía. Cuando las costas atlánticas se colmaron de chapapote a causa del Prestige, vino una marea blanca, solidaria, que ayudó a limpiar y rehacer lo que parecía imposible de conseguir. Incluso una cadena de TV, lógicamente privada, se instaló en A Costa da Morte, para transmitir desde allí sus telediarios de la noche.
En toda España hay ejemplos similares. Con esto de la crisis que estamos viviendo, maldita crisis, en este país la solidaridad se ha desbordado. Y si no, que nos lo digan los organizadores de la recogida de alimentos de hace unos días, que superaron, con mucho, las expectativas de recogida más ambiciosas.
Estamos en una época muy mala, para unos más que para otros, pero no he visto movimientos de crispación callejeros, ni algaradas violentas. Parece que estemos hechos para aguantar, aunque las provocaciones de algunos parezcan no tener límite.
Somos una gente profundamente solidaria, sin importarnos cómo sea el beneficiado de nuestras actuaciones. Nos duele ver cómo hay quienes lo pasan muy mal. En esos casos, acudimos como por ensalmo a ayudar a quien sea para, al menos, paliar lo que en ese momento colma su capacidad de resistencia.

Solidarios, generosos, respetuosos, así somos y me enorgullece sentirlo en
todos quienes, por ejemplo, responden ante cualquier petición de ayuda solidaria. En esos casos, muchos, dejamos de parecer el país desestructurado que dicen que vamos camino de ser, para semejar más a una gente que sabe perfectamente lo que quiere y cómo conseguirlo.
Todos sabemos que se dijo del Cid aquello de “qué buen vasallo si tuviese gran señor…” Creo que hoy se podría aplicar a la casi totalidad de españoles, a la espera de alguien que, con palabras sanas y sin doblez, lidere esta comunidad buscando un futuro, en el que el bienestar no sea un patrimonio de gente cada vez menos numerosa. Lo deseo de corazón, tal vez
necesito creer que así será.
Leyendo el Evangelio, veo que el capítulo II de S. Lucas nos dice que aquella noche, después de anunciar a los pastores lo que había ocurrido en Belén, los Ángeles cantaron “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”. Reparo en que los hombres carentes de buena voluntad quedaban fuera de ese deseo.
Entramos en una Navidad más sin brotes verdes, por más que insistan en que sí. Para mí, siempre estarán compartiendo buena voluntad mis referentes familiares y mis amigos. A ellos les deseo lo mejor, e intentaré hacer para que así sea a lo largo del año que está en puertas.
A los demás también deseo cosas buenas, a cada uno según su cuota de bondad, honradez y solidaridad. Y si no hubo nada eso en sus vidas, supongo que, a estas alturas, ya están servidos.
Ojalá el año 2015 nos traiga luces y esperanzas nuevas y concretas.