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jueves, 4 de abril de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO.(V) LA VIEIRA


Si tuviésemos que citar un símbolo del Camino y de los Caminantes, tendríamos muy sencilla la elección: la vieira.
La verdad es que no sé de dónde procede tal correlación entre esta concha y el Camino, pero es cierto que todos los indicios nos llevan muy lejos en el tiempo.
Conozco varias leyendas medievales que nos hablan de un caballero injustamente metido en las aguas del mar debido a diversas causas. En cada leyenda la causa en diferente, pero todas ellas coinciden en la inocencia del jinete, la invocación de ayuda al Apóstol y la vuelta del caballero a tierra firme, casi siempre a una playa, con el cuerpo totalmente cubierto de vieiras.
Tal vez la concha ya simbolizaba el sello Jacobeo y su presencia hacía pensar en el milagro, o en la intercesión apostólica, no lo sé. Unas leyendas hablan de los arneses del caballo también cubiertos de vieiras, otros los dejan sin el sello celestial.
Sta. Marta de Tera (S.XII)
Sea como sea, ya muy temprano en la iconografía jacobea está el Apóstol ligado a la vieira. En el pórtico de Santa Marta de Tera (Zamora), nos encontramos a un Santiago peregrino con su bordón y un zurrón en cuya tapa figura una inconfundible vieira. Esta imagen es del siglo XII y podemos deducir gracias a ella, que ya entonces existía esa relación..
Es curioso, pero también el atuendo del peregrino es el distintivo del mismo Apóstol, como si estuviese peregrinando a su misma tumba, lo cual entronca con muchos mitos de nuestra cultura y antiguas culturas orientales. En el pórtico de S. Martiño, de Noia, a la derecha de la puerta principal, tenemos tres apóstoles perfectamente identificables por sus símbolos: S. Pedro con sus llaves, S. Pablo con su espada y un tercero, de aspecto pacífico y vestido de peregrino con la vieira en el sombrero, Santiago.
S. Martiño, Noia
No deja de asombrarme la persistencia a lo largo de los siglos de esta relación del símbolo y el tema simbolizado. En las losas sepulcrales de Noia, hay una que presenta claramente la vieira como indicativo de la profesión del enterrado bajo ella
Eso es lo que más me admira, la incertidumbre de la procedencia del símbolo y, a la vez, su persistencia y consistencia en el tiempo. En Santiago y en Galicia siempre se han relacionado ambos temas, pero ha sido desde que el Camino fue reconocido como Bien de interés Cultural por parte de múltiples Instituciones,cuando la vieira ha alcanzado un valor casi universal  para simbolizar todo aquello que se refiere al Camino, de tal modo, que como indicaba al principio, se le podría considerar su logotipo.

Lauda sepulcral. Noia
La orientación del Camino se hace mediante mojones en los que hay esculpidas vieiras; en ciudades atravesadas por el camino, se señala su dirección mediante vieiras de bronce incrustadas en el suelo, sus imágenes aparecen por donde queramos mirar...
Pero, fundamentalmente, son los peregrinos de hoy quienes la mantienen en total actualidad al reclamarlas, al comprarlas, al lucirlas, al llevarlas como preciado recuerdo. Por este símbolo, como por todo lo jacobeo, parece no pasar el tiempo.
Punto kilométrico del Camino
Vieira en una casa compostelana
propiedad de la catedral,  





    







  (Por cierto, el naturalista sueco Carlos Linneo (S. XVIII), llamó Pecten jacobeus a la vieira. También él tenía conocimiento de su relación con el Apóstol, y quiso manifestar esa perenne ligazón en el nombre científico que le otorgó).

viernes, 17 de marzo de 2017

Vieiras, vieiras

Eran otros tiempos y convenía que hubiese leyendas como medio de atraer gente hasta esta esquina del mundo. Leyendas que hablasen de cánticos celestiales, dragones con princesas presas o emperadores recibiendo en sueños peticiones de auxilios. Leyendas que, fieles a sí mismas, envolviesen todo en un halo de misterio imposible de desvelar.

Leyendas que eran creídas, nunca cuestionadas. Los cánticos los escuchó Pelayo, monje de San Fiz de Salovio quien, relacionando esas voces con las estrellas que había visto caer días antes, (tal vez Perseidas en agosto), se puso a excavar y encontró nada menos que un sepulcro con tres esqueletos antiguos. Avisó al rey, Alfonso II, y al obispo Teodomiro, quienes vinieron desde Oviedo e Iria Flavia y atestiguaron que “por las señas que presentaban” no había duda de que se trataba de los restos del Apóstol Santiago y dos Varones Apostólicos. Era el año 810 y empezó todo, o casi.


EL APOSTOL SANTIAGO PIDE AYUDA A CARLOMAGNO

Los dragones con princesas prisioneras tuvieron menos suerte. Un muchacho llamado Jorge lo mató, quienes lo vieron dicen que en feroz contienda. Por eso, Jorge fue canonizado como santo y hoy es el patrón de varios países mediterráneos. De la princesa no sabemos nada, ni siquiera el nombre, lo cual no deja de ser una manifestación de machismo temprano.
Las leyendas siguieron, era preciso afianzar el milagro. Hubo quienes vieron al Apóstol cabalgando y luchando contra los infieles en una batalla de dudosa existencia. Hizo milagros, pero no muy sonados. Aunque el más sonado es ese reguero de gente que, desde entonces, desde un lejano entonces, no cesa de venir a postrarse ante los restos atribuidos al Santo. Y, curiosamente, muchas cosas atribuidas a leyenda e invención, con el tiempo han ido consolidándose como verídicas pruebas documentales, como ha sido el caso de la existencia de Teodomiro, de quien no existía ni un solo documento, pero en la excavaciones de la catedral de Santiago apareció su sepulcro con un epitafio en el que, perfectamente legible, aparece su nombre y su cargo: “Theodomirus, episcopus iriensis…”

EN LA BATALLA DE CLAVIJO
Lo que sí creo que es una invención de un tercero es el sueño de Carlomagno en el que se le aparece el Apóstol y le pide que venga a liberar su sepulcro. En el cielo le deja señalado el camino para llegar a él. Hoy a la Vía Láctea, también le llamamos Camino de Santiago, pero si sabemos de ese sueño es porque el Emperador lo tuvo que contar, y no me lo imagino como alguien que anda contando sus sueños, digo yo.

LA QUE MÁS ME GUSTA

A veces, cuando voy a la Catedral, bajo hasta el Sepulcro del Apóstol y no dejo de emocionarme una vez más al pensar en cuánta historia mezclada con fantasía se entrecruzan para llegar a donde estamos hoy. Sí, ya sé que hay datos tan fehacientes a favor de otras presencias en esa tumba. ¿Y qué? Lo importante, para mí ha sido la tremenda influencia que ha tenido el camino en la configuración de esto que hoy conocemos como Europa.

LA HE DESCUBIERTO HACE UNOS DIAS

Lenguas, tradiciones, estilos artísticos, relatos, que vinieron y fueron, que habitaron en el Camino de la mano de cualquier juglar de los que iban y venían. Menéndez Pidal, rastreando romances, encontró un vestigio de Gerineldo en Dinamarca. Seguramente llegó allí, dijo nuestro investigador, en el zurrón cultural de algún peregrino que regresaba.

PARA MI GUSTO, LA MÁS ELEGANTE
Yo no sé qué esperan encontrar, aparte de la lluvia de indulgencias, cuando llegan a esta ciudad que, por otra parte, ha cambiado mucho. Abundan las tiendas de camisetas con leyendas horteras (no vale poner un ejemplo), los recuerdos made in china y la comida rápida como en cualquier otro lugar inespecífico. También, sabiéndolo buscar, hay buenos sitios en los que comer pulpo, comprar figas de azabache con las que ahuyentar a las meigas, y saborear sentirse en Compostela.

RÚSTICA

Y la vieira. Otra leyenda en la que resulta muy difícil creer. Pero nadie discute que hubo y sigue habiendo relación entre Compostela y la vieira. Tal vez el peregrino no espere encontrar tanta vieira esculpida en las calles, en paredes de casas nobles y no tan nobles. Relieves rústicos o elaborados, pero ahí están como recordando a todos dónde se encuentran, si acaso lo han olvidado.


LA MÍA. DONDE ESCRIBO. AL ALCANCE
DE MI MANO

Sé que son símbolo de propiedad, por parte del Cabildo compostelano, de los bienes inmuebles que ha ido acumulando a lo largo del tiempo. Ciudadanos generosos los  dejaron para su catedral y su administración. Pero para los más, es un símbolo inequívoco de dónde nos encontramos.


DESTROZADA. COMO SI MOLESTASE
Me gusta encontrarme con vieiras y tengo unas cuantas en mi memoria para recrearme siempre que quiero volver a verlas. Como siempre ocurre y depende de mi estado de ánimo, nunca son iguales a sí mismas.

En estos tiempos de globalización y desconcierto, cuando en Compostela alguien pregunta por dónde se va a la Torre Inclinada, la vieira es el objeto más vendido en las tiendas. Por encima de camisetas con lemas tastimosos o muñecos para ser tirados a la vuelta de la esquina, las vieiras se venden a mansalva. Naturales, de orfebrería, bisutería o azabache, para colgante, broche, pendientes, gemelos, para lo que sea, ahí están las vieiras como oferta de un acertado recuerdo.

Más tarde, cuando los peregrinos marchen de regreso, cada uno por su medio, la mayoría llevará una vieira en su mochila. Bien visible, como un glorioso trofeo que cada uno sabe lo que ha costado ganarse.

sábado, 19 de julio de 2014

POR EL CAMINO DE SANTIAGO: PERSISTENCIA DE SIMBOLOS

PELEGRIN
Fue en l985 cuando la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad a la ciudad de Santiago de Compostela. Pocos años más tarde, el Camino recibió un honor similar. Con estos reconocimientos internacionales al entorno del Apóstol, se esperaba un fuerte incremento de peregrinos, que en los últimos años habían caído hasta cifras paupérrimas. Por ejemplo, según datos de la misma Catedral de Santiago, en 1977 habían sido 31 los llegados, mientras que en 1973 lo hicieron 38.
Esos datos no los creo, pues recuerdo más gente en aquellos años. Tal vez se refieran a quienes iban a la Oficina del Peregrino a dar su nombre y retirar su correspondiente Compostelana, pero como aún no estaban oficializadas tales costumbres, la gente venía, rezaba, ganaba el jubileo y se iba tan contenta, sin preocuparse de pasar a formar parte de ninguna estadística.
COMPOSTELANA
De todos modos, era preciso arreglar muchas cosas, tenerlas dispuestas para recibir a los muchos peregrinos que se esperaban y que, después, no defraudaron en cuanto a su número. Convenía preparar albergues, caminos, estructuras logísticas, señalar sendas y, en general, había que actualizar todo. Se consiguió que se implicasen en el proyecto las Comunidades Autónomas por las que pasaba el Camino y de eso se encargó el gobierno autónomo. Creo que se realizó una buena labor.
Lo primero que se hizo fue buscar un nombre adecuado para el Año Santo. Se quería que volviesen a caminar los mismos tipos de gente que ya lo habían hecho siglos atrás, personas que venían con muy diversos intereses: religiosos, espirituales, deportivos, culturales, económicos e, incluso, indefinibles. Se buscó al peregrino de hoy con similar perfil humano al que había tenido a lo largo de los siglos anteriores. Al Año Santo se le llamó Año Xacobeo, Xacobeo para los amigos. Se prescindió del calificativo “Santo”, tal vez huyendo de un posible rechazo por parte de quienes no tienen la religión como norma. Si a la Iglesia, que fue quien custodió el Año Santo durante siglos, no le pareció mal esta desacralización, no voy a ser yo quien diga algo disonante. Es más fácil aglutinar a gente diversa al reclamo de un año Xacobeo, que de uno que sea Santo, eso es cierto.
LOGOTIPO DEL 93
UN AFORTUNADO ACIERTO
Otra cosa era el logotipo, pues tal vez estuviese bien dejar de lado la “eterna” vieira. Imágenes antiguas presentaban a peregrinos, que eran distinguibles por su vieira en zurrones, sombreros u otras prendas personales. Ahora tal vez conviniese algo más acorde con los tiempos. Más nuevo o actual.
Se escogió el llamado Pelegrín, un dibujo simpático que pronto llenó todos cuantos lugares promocionales pudiese haber, pero hubo quienes hablaron de haber frivolizado el Xacobeo. Tras una intensa crítica, el Pelegrín fue decayendo en presencia.
Llegó el Año 1993, que era Santo aunque se llamase Xacobeo. Se esperaban peregrinos y se hizo un logotipo acertado, jugando con el 93, el bordón y la calabaza. Pero era un logotipo efímero, pues al años siguiente ya estaba obsoleto.
INSUBSTITUIBLE
Después de mucho revolver posibilidades, se llegó al logotipo que conocemos, una vieira estilizada en la que sólo se han dibujado varias líneas convergentes en un centro. Como las crestas de una concha, que queda perfectamente definida. De color amarillo, esa señal vuelve a ser el símbolo del camino, junto con la flecha, también de color amarillo, incorporada por D. Elías Valiño y sus infatigables actuaciones.
La vieira ha demostrado ser un símbolo muy sólido del Camino y de lo jacobeo. Los intentos de substituirla sólo han servido para decirnos que hay símbolos intocables. Los tiempos cambian, los nombres cambian, pero los símbolos permanecen si están arraigados, por mucho que se hayan querido cambiar o substituir. Todo cuanto diga al respecto es superfluo.



EN MOJONES DE CAMINOS


...Y LA ENTRAÑABLE FLECHA AMARILLA



viernes, 30 de enero de 2015

EN EL CAMINO DE SANTIAGO: LOGOTIPO APOSTÓLICO

LOGOTIPO GREMIAL EN PORTOMARIN
Muchos las conocen como señales de cantero, pero bien podrían llamarse logotipos gremiales, hablando de esos trabajadores. Somos muy esclavos de las palabras y más cuando tienen años de historia. Símbolos, logotipos, emblemas, no lo sé, en el fondo son recordatorios que nos transmiten algún tipo de información sin necesidad de texto. Muchos creen que son propios de épocas incultas, remotas. A esos les remito a los símbolos que nos informan en las autopistas, por no hablar de los múltiples indicativos que podemos encontrarnos en instrumentos muy de hoy, como pueden ser teclados de aparatos electrónicos diversos.

COLECCIÓN PARTICULAR
LUGO
Pero sí, el mundo de los símbolos “parece” haber tenido una época de esplendor en los albores de la alta Edad Media, justo cuando la vieira fue asumida como símbolo de lo jacobeo.
Hay dos símbolos jacobeos digamos, consagrados, que no sé si son generales o específicos. Me refiero a la vieira y a la flecha amarilla. No sé si la vieira representa lo relacionado con el Camino y el Apóstol y si la flecha amarilla se refiere sólo al Camino, indicando su itinerario. Desde luego, la flecha es algo mucho más reciente, pues su padre fue D. Elías Valiño, a quien muchos conocimos. Lo que sí creo es que representando lo jacobeo, la vieira abarca más cosas que la flecha.
En la catedral de Santiago nos encontramos con otro símbolo jacobeo. Diríamos que otro logotipo. Me refiero a una estrella de buen tamaño, de la que cae un rayo zigzagueante. Esta estrella es claramente una evocación a la leyenda inicial relativa al descubrimiento de la tumba apostólica. Una leyenda bonita, mágica, atractiva, muy al gusto de los caballeros coetáneos del Códice Calixtino, pero que hoy nadie cree. Es insostenible con los conocimientos actuales, pero tampoco nadie la va a eliminar, ni siquiera lo intenta. Sin embargo, y me gusta decirlo, no hay ni un solo dato contrario a la idea de la presencia en Compostela de los restos del Apóstol. Sabemos que un solo dato contrario, uno sólo, bastaría para
LA ESTRELLA SOBRE EL "ARCA MARMÓRICA"
ÁBSIDE DE LA CATEDRAL COMPOSTELANA
desmontar la historia, pero no lo hay. Es más, cada descubrimiento nuevo, afianza su veracidad tal como la conocemos, como ocurrió con la aparición de la tumba de Teodomiro, hasta entonces personaje de leyenda.
El logotipo al que me refiero, la gran estrella con un rayo que baja de ella, está en la catedral en algunos lugares muy singulares. Por ejemplo, en el ábside, bajo la imagen del Apóstol que abrazamos, hay un altar apenas visible desde la girola. En él hay un arca de mármol y sobre ella está la estrella. Leí en algún sitio que ésta es el “arca marmórica” que descubrió el monje Pelayo y que reconocieron Teodomiro y Alfonso II, en cuyo interior estaban los restos de Santiago y los dos Varones Apostólicos. No lo he vuelto a ver escrito en ningún sitio, y en la catedral “parecen” no darle mucha importancia, pero está allí para quien lo sepa y sobre ella está el logotipo apostólico.
BAJADA AL SEPULCRO
Reaparece en la escalera de acceso a la cripta en la que se veneran los restos del Apóstol. En texto latino, se puede leer “Sepulcro del Glorioso Apóstol Jacobo”.
MONASTERIO DE SAN MARIN
PINARIO. 
No obstante, he encontrado más logotipos similares. Uno de ellos puede verse en ese gran monasterio compostelano que es San Martín Pinario. Una de las puertas de acceso a la sacristía está llena de casetones con esta imagen. Pero no olvidemos que este monasterio siempre, desde su fundación, tuvo una gran vinculación con el Apóstol, estando, incluso, encargado de la custodia de sus restos.

También un amigo mío de Lugo, experto coleccionista, posee un ejemplar de este logotipo. Me dice que era símbolo de albergue de peregrinos. Tal vez de albergue catedralicio, no lo sé.

viernes, 23 de octubre de 2015

Una pregunta

MODELOS FLAMENCOS EN RETABLOS
COMPOSTELANOS
En estos días pasados, lluviosos, compostelanos típicos, he enseñado mi ciudad a un amigo visitante. Gracias a él he tenido ocasión de volver a pasear por mis lugares de siempre, evocando mil cosas y dejando volar la imaginación. Con mi amigo, culto, he recorrido lugares que considero importantes en la historia compostelana. Le enseñé lo que está a la vista de todos, pero que pocos ven y, mucho menos, analizan con su trascendencia histórica.

Como la tarde invitaba a hacerlo, visitamos los lugares y vimos las obras que nos permiten hablar de influencias de la naciente Europa en la también naciente Compostela: los tocados del relieve de S. Benito permiten pensar en un escultor flamenco, los adornos de armiño en las capas de los magos en el tímpano de la misma iglesia, no hacen ver que en aquel tiempo se estaba en la vanguardia de los símbolos heráldicos. Hay quien opina, y es una autoridad en esto, que en el tímpano de S. Fiz de Salovio aparece por primera vez un rey negro, como representante de África adorando al Niño. En el pórtico de Sta. Ma. Salomé, la Virgen recibe la visita del Ángel, ya está embarazada y acaricia su vientre como aceptación de su destino. En el Pórtico (cuál va a ser… el de la Gloria) Daniel sonríe, Moisés sueña y en aquel lado, los cuatro personajes del Antiguo Testamento figuran vivir, nos manifiestan sus sentimientos.
En más lugares gallegos tenemos obras que nos permiten pensar lo mismo, que nos
MOISÉS SUEÑA, DANIEL SONRÍE
evocan situaciones similares. En Santiago pasamos y paseamos entre éstas que acabo de comentar y casi no les damos importancia. Como casi son de la familia, ya se sabe. (En plan de menospreciar lo propio, un patán venido a más, me dijo que la iglesia de su pueblo es muy antigua, él siempre la recuerda allí. Hablábamos de la iglesia de Meira, del siglo XII)
No nos damos cuenta, tal vez nadie nos ha llegado a decir que estamos ante primicias en el arte. Es la primera vez que ocurre tal cosa, que se representa al rey negro, que la virgen aparece embarazada, que las esculturas manifiestan no sólo su presencia, también sus sentimientos.
EL ARMIÑO SIMBOLIZA
 LA REALEZA
Eso de representar sentimientos ya es propio del estilo gótico. ¿Nació en Compostela? Estaba yo en Ginebra, una tarde compré un libro sobre arte gótico y la primera figura que aparece en él es la correspondiente a nuestro Pórtico y a Daniel sonriendo. Si digo que el gótico nace en el Pórtico es porque lo he leído a maestros afamados. Las estatuas góticas representan a personas vivas. En ese sentido, ya lo he dicho, me gusta la Virgen Blanca, del parteluz  de la puerta principal de la catedral de León. La Virgen tiene en brazos a un Niño que nadie duda de que sea su hijo, pues físicamente se le parece. También en Santiago, bajo la fachada del Obradoiro, el Maestro Mateo construyó un lugar abovedado para servir de soporte al Pórtico de la Gloria y su porche. En la ciudad se le conoce como “La catedral vieja” Tal vez pocos sepan que en aquellas bóvedas, Mateo utilizó por vez primera la de crucería. Es el gótico que llega y todo cuanto quiere expresar, claro. Llega de la mano de Mateo.
Pienso, evoco, aquella época en la que Compostela y el Camino que conducía a ella, era una vía de penetración de corrientes culturales y artísticas que iban y venían regando al Continente con novedades en el campo de la expresión. La Virgen reza junto a un ánfora con azucenas, el Apóstol se representa ya en la época gótica con su vieira en el alero de su sombrero, Símbolos que vinieron y que marcharon. Y el norte de la península sentando cátedra en eso de vanguardias artísticas. La figura del hombre joven con barba recortada es propia de todo el arte europeo de una época concreta. ¿Dónde nació esa representación? Vaya uno a saber. Hay quien insinúa que en Francia, pero sin mucha convicción.
FLAUTISTA EN LA FACHADA DE S.MARTIÑO
DE NOIA
En Santiago no hay mucha obra gótica, salvo la erigida por órdenes mendicantes. Tal vez la hubiese impulsado el obispo Berenguel de Landoire, pero no se le quiso en la ciudad y tuvo que refugiarse en Noia. Alli se construyó lo que se hubiese construido en Santiago, no lo sé. Pero también se aprecian influencias clásicas en las obras noiesas realizadas en aquel período. En el rosetón de la iglesia de San Martiño, hay un flautista con túnica, que siempre me ha parecido venido de algún relieve clásico griego. La postura, los ropajes, el tema, me llevan a la Grecia clásica con más facilidad que a cualquier templo del Camino. ¿Cómo se inspiraría el escultor que hizo esta figura?
Y yo me pregunto, ¿qué se hizo de todo esto? ¿Dónde marchó ese espíritu vanguardista que ilustró nuestra tierra en esas épocas? Porque, la verdad, yo lo añoro, pero no veo su continuidad actual, ni nada que dentro de nuestro mundo creativo nos permita reconocer esa tradición que viene desde tan lejos y que tan fecunda nos muestra haber sido.
LA EMBARAZADA DE SALOMÉ ACARICIA
AL HIJO QUE VENDRÁ
¿Qué fue del ambiente artístico de entonces? Pienso, por ejemplo, en Leboreiro, una aldehuela que aún hoy parece minúscula, con una iglesia también a escala del lugar, pero con un tímpano en el que aflora el gótico de modo sorprendente, esculpido en una pieza de granito que tuvo que ser traída de lejos. A mayor abundamiento, diré que en el interior de esa iglesia, íntima como pocas, podemos ver un fresco que ocupa parte del lienzo derecho, con personajes renacentistas, nuevamente sorprendentes en aquel sitio. Y en O Cebreiro, en Santa María de Melide, o en cualquier sitio. La corriente artística llegó a todas partes, lo impregnó todo, se desparamó por completo. Sus huellas están ahí para quienes quieran verlas.
Pero, y vuelvo a preguntar, ¿Y hoy? ¿Se mantiene ese ambiente, esa tradición? ¿Se estimulan las capacidades creativas de los nuestros? ¿Hay efecto llamada a los de fuera, para que vengan a enseñarnos lo que hacen y nos dejen pruebas de su obra?
Lo sé, los tiempos han cambiado y con ese cambio han venido sus consecuencias. Pero en otras partes, cuando vemos sus producciones artísticas, comprobamos que esa forma de ser viene de lejos. Aquí también vino de lejos, pero parece como si se hubiese truncado.


viernes, 13 de febrero de 2015

EN EL CAMINO DE SANTIAGO. IMÁGENES DEL APÓSTOL

MATAMOROS
Quiero dejar aclarada una cosa desde un principio, y es que no me creo lo de la batalla de Clavijo y me molestan muchas actuaciones derivadas de ella. No me la creo debido a esa incertidumbre histórica de no saber asignar a un rey concreto el desarrollo de la batalla. Es decir, en otras palabras, no se sabe cuándo ocurrió. Luego está el motivo, liberar a “los nuestros” de tener que satisfacer el tributo de las cien doncellas. Salvar a una colectividad de ese oprobio es un gran favor que se le hace. Teseo también liberó a los suyos de ese mismo tributo, que en su caso había que satisfacer al Minotauro, en Creta.

Ese tributo de doncellas, siempre cien, algo tremendo en diferentes culturas, me habla de trazos mitológicos que vienen de lejos en la historia de la cultura, pero que tienen (o han tenido) arraigo en nuestro sentir. Llegado el momento, los cielos se abren. Teseo, ayudado por Ariadna mata al Minotauro, o en Clavijo aparece el Apóstol galopando entre las nubes, matando moros con su espada y liberando a los cristianos de pagar el tributo. Con perdón, supongo que más que con espada mataría moros con flechas, jabalinas o dardos, si lo hacía desde las nubes. En caso de ser con espada, como lo ponen las estatuas, su longitud sería tremenda para degollar desde tan alto. (Digo yo…)
PEREGRINO EN LA
PUERTA SANTA
No faltan quienes ven su intencionalidad política en lo de la batalla de Clavijo: El cielo quería que echasen del solar patrio a los infieles, por eso el Apóstol volvía a defender la tierra que evangelizó. Si acaso cundía el desánimo o el cansancio entre la gente, el argumento era contundente: el cielo lo quiere. Parece que se hizo costumbre lo de invocar a Santiago antes de entrar en acción, y lo de “Santiago y cierra España” ha llegado a nosotros como una invocación, aunque no entiendo el significado de “cerrar” utilizado en este caso. Con el tiempo, y por necesidades terrenales de gobierno, también San Isidoro mató moros en alguna que otra batalla.
Con esto de guerrero, defensor de la Patria y azote de infieles, se generó una iconografía que no me gusta nada y que cristalizó en la imagen del Santiago llamado “Matamoros”. Está presente en múltiples rincones de la catedral compostelana, corona edificios oficiales y es la imagen que sale en procesión el 25 de julio. Cotidianamente está expuesta a la veneración en una nave transversal de la Catedral.
Claro que eso de matar moros ya no gusta tanto como pudo haber gustado, incluso en esa imagen de la que hablo se han tapado las víctimas del santo furor con flores que alcanzan hasta la misma cabalgadura. Ahora, el Apóstol en vez de matar moros parece querer cortar flores con espada. Un método algo rudo, pero es mejor esconder la realidad de la imagen, que hay quienes se pueden ofender.
PEREGRINO EN SAN XEROME
En Santiago no gusta esa versión de Apóstol matador. Somos más pacíficos y dados a respetar opciones diferentes a las nuestras antes que a matar a quien discrepa. Nos gusta el Santiago Peregrino, de quien hay múltiples representaciones, una de ellas, por ejemplo, sobre la Puerta Santa. Allí, en una hornacina hueca, el Peregrino, vestido como tal y con un libro en la mano, (el evangelio que nos trajo), aparece como más asequible a todos, alguien con quien se podría compartir una etapa del Camino, de su Camino.  Allí está recibiendo a quienes entran por la Puerta Santa en busca del perdón. Son muchas las imágenes alternativas de Santiago Peregrino, reconocible por su báculo, su esclavina y su sombrero de caminante con vieiras en el alo. Un Santiago que camina como de incógnito. Más nuestro, la verdad.
SENTADO EN EL PÓRTICO
RECIBIENDO
Hay otra postura en que es frecuente que se nos represente al Apóstol, la de sentado. Como tal nos recibe en el parteluz del Pórtico de la Gloria, con sus ojos llenos de serenidad, mostrando tranquilidad total y con un pergamino desenrollado como muestra de la doctrina que nos trajo. Allí lo colocó Mateo hace siglos y desde entonces nos recibe transmitiéndonos la alegría de haber rematado el Camino. En esa imagen aún no luce la vieira identificadora. Pienso que tal vez aún no era representativa de lo compostelano y por eso Mateo, que no escatimó en símbolos, no la puso. También está sentado el Apóstol en la imagen que abrazamos. Una bella imagen románica, que no podemos ver debido a los ropajes de plata mejicana que la recubren. Plata procedente del patrimonio del arzobispo Monroy.

Nunca me he sentido identificado con el Matamoros ni con la idea que transmite. Ahora, al verlo transformado en bruto segador de flores, como lo tienen los canónigos compostelanos, pienso que se merece un apaño más digno. 
EL MATAMOROS SEGADOR
FLORAL

sábado, 7 de diciembre de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO. (XXXVII) AVE FÉNIX CAMINANTE

OTOÑO, TIEMPO DE LEYENDAS...
Hace días paseaba por Compostela y recordaba algo del mito del Ave Fénix. Su origen se sitúa en los países del oriente y siempre, con sus variantes, nos habla de una hermosa ave que muere, pero que pasado un tiempo renace mas hermosa todavía.

El cristianismo asimiló esta leyenda, de profundo arraigo y amplia dispersión, cambiándole algunos matices. Así, sitúa un rosal al pie del árbol del Bien y del Mal, en el Paraíso. Al nacer la primera rosa, nació también un pájaro de hermosos colores. Esta ave fue el único ser que no quiso probar el fruto del árbol prohibido, pero cuando Adan y Eva fueron expulsados del Jardín, el arbusto se incendió de modo accidental y con él murió el ave.

No obstante, el Creador concedió al ave fiel un regalo por el que suspiran todos los hombres desde entonces, la inmortalidad. De las cenizas del nido nació a los tres días el ave más hermosa que se haya podido imaginar, el Ave Fénix.
Sin duda, el Fénix es un ave que encierra el consejo de volver a comenzar a pesar de estar frente a condiciones adversas.  Es un símbolo del renacimiento espiritual, del poder del fuego, de la purificación y la inmortalidad.
A lo largo de sus múltiples vidas, su misión es transmitir el conocimiento que atesora desde su origen al pie del árbol del Bien y del Mal, y servir de inspiración en sus trabajos a los buscadores del conocimiento, tanto artistas como científicos.

+ + +

En la zona monumental de Compostela, hay casas, muchas, con distintivos de propiedad que
CATEDRAL
hacen referencia a las instituciones que las poseían. Son muy frecuentes las vieiras (Propiedad de la Catedral), los pinos (de San Martín Pinario), las cruces griegas de los franciscanos, etc.
SAN MARTIN PINARIO
Hay una de la que nunca he sabido qué institución viene a representar, tal vez porque no he querido saberlo. Es una especie de águila, que podría recordarnos al símbolo del evangelista San Juan. Yo he preferido pensar que nos traía a la memoria a un Ave Fénix altiva renaciendo de sus cenizas. Siempre viva e inmortal, como nuestro Camino.
AVE FENIX
Nunca he creído, y creo que nadie lo ha hecho, que el Camino haya sido igual a sí mismo a los largo de estos siglos de peregrinaje. Seguro que ha tenido sus mas y sus menos, sus aparentes muertes y sus recurrentes renaceres llenos de nueva fuerza y vitalidad. A lo largo de su historia, han debido de ser muchas aparentes desapariciones, algunas con apariencia de definitivas. Recuerdo que, en la década de los setenta del pasado siglo, junto a Santa María de Melide, alguien nos mostraba por dónde seguía el Camino en tiempos pretéritos. Nos lo indicaba como algo ya pasado y no imaginábamos el futuro que aguardaba a aquella senda. Más de una vez he pensado en el Camino como un Ave Fénix capaz de renacer de sus cenizas.
En la calle Azabachería, nº 18, hay una señal como de propiedad, que me resulta desconocida, extraña y me hace reflexionar.
PARA MÍ, TODO UN SÍMBOLO
Un ave rapaz aparece con una vieira agarrada en sus garras. Me gusta imaginarla no como símbolo de propiedad, sino como metáfora del entorno. La veo como un Ave Fenix (El Camino), que lleva a la Catedral o, lo que viene a ser lo mismo, la Catedral renace gracias al Camino y es llevada por él.
Es una interpretación muy personal, naturalmente discutible, pero me gusta pensar hasta qué punto ambas instituciones se han ayudado mutuamente y en este relieve encuentro un símbolo de esta ayuda.
Hoy, muchos tal vez de modo peligroso, confunden Catedral y Camino, y no es así. Conviene tenerlo presente.


viernes, 3 de mayo de 2013

POR EL CAMINO DE SANTIAGO. (X) REFLEXIONES EN SAMOS


Como la vida misma. Una mezcla de alegrías con cierto trasfondo de penas. Eso viene siendo la llegada del caminante a Samos. Alegría, no es preciso explicar su causa. El Camino se va venciendo, la propia resistencia ha podido más que las fatigas generadas y lo poco que falta no representa mayor problema, luego de haber superado todo lo que queda atrás. La pena es profunda y muy otra su causa. Esto se acaba y no hay quien lo detenga. Empieza a hacerse inventario de todo lo bueno, lo más, y a ver lo que conviene olvidar, lo menos. El viaje se empezó al programarlo, al ver mapas, calcular fechas, trazar recorridos, agrupar amistades para formar el equipo. Todo eso fue generando en nosotros un ambiente festivo y nuevo 
PEREGRINO DE PIEDRA EN SAMOS
que cuajó en esta experiencia que, ya en Samos, notamos a punto de terminar. Y nos entristece. Aunque sea de modo sano, una difusa nostalgia nos invade y miramos todo como despidiéndonos de estos días que hemos vivido alejados de lo nuestro e inmersos en una nueva cotidianeidad que buscábamos, que nos ha sentado bien (empezamos a hablar en pasado) y que, sabemos, añoraremos desde ahora.

EL RIO LENTO SE REFLEJA
Santiago está cerca, menos de 200km. Cuenta el Códice Calixtino que en la Edad Media venían hasta aquí gentes ofreciendo los servicios de los mesoneros compostelanos, ofreciendo descuentos a quienes acudiesen a ellos. Hoy dan octavillas con vales y bonificaciones. No es tan diferente. Ya he dicho al hablar de O Cebreiro que los hosteleros de hoy tienen los mismos vicios y cualidades que los de antaño, aquellos de quienes, a veces, reniega el Códice.
La llegada a Samos en grandiosa. A estas alturas del Camino ya todos se han familiarizado con  el paisaje rural y aprecian la belleza que aportan los bosques de caducifolios y los olores de las tierras húmedas, por no hablar de captar la majestad con la que sobrevuelan diversos tipos de aves, las más señoriales, las rapazes. De todo ello hay en Samos. Un hermoso y tranquilo río, el Orivio, se pasea a lo largo del pueblo, bordea el Monasterio y se pierde hacia Sarria dejando a su lado derecho una vega que adivinamos fértil, muy fértil y abriendo el valle entre paisajes hermosos, serenos.
EL MONASTERIO Y EL RIO
Me gusta Samos, por muchas cosas. Si busco majestuosidad, tengo el Monasterio, con ella a raudales. Si lo que quiero es mundo rural, también lo tengo a las veras del Orivio. A veces busco sorna y tambíen la encuentro. Hoy, ahora, voy a hablar de algunas cosas de Samos que tal vez no aparezcan en muchos sitios. Son producto de mis visitas y mi forma de ver el pueblo con cariño.
No es momento de comentar la grandiosidad del Monasterio, ni de la recóndita serenidad que infunde la Capilla del Ciprés, espero tener tiempo para hacerlo. Pero del cenobio diré que ojalá los visitantes tengan suerte y se encuentren algún guía que profese cariño al lugar, cariño contagioso, pues de ese modo disfrutarán de su paso por él. Apreciarán la belleza del conjunto, los espacios íntimos configurados
QUÉ MIRAS, BOBO
en los claustros y, con suerte, verán cómo alguna de las piedras claves de las crucerías que cubren sus corredores hace gala de su lugar en el Camino con sus vieiras esculpidas. También allí, algún cantero bromista esculpió un texto gracioso (Qué miras, bobo), que no quiere ofender  y que actualmente está enfatizado después de haber resaltado el texto en rojo sobre la piedra. El humor no ofende, mas bien nos recuerda tiempos difusos de frailes jugadores de cartas, catadores de vinos y protectores de barraganas cuando no oficiantes divinos.
VIEIRA EN PIEDRA CLAVE
La gente de Samos está orgullosa de su emplazamiento en el Camino. Hay muchos establecimientos de hostelería y, en los atardeceres, se respira un ambiente alegre y reposado, aunque nostálgico, ya dije. Justo frente al Monasterio hay un bar, con terraza, que ofrece una vista privilegiada del conjunto. La gente pasa, dejamos transcurrir la tarde y el grandioso edificio se cubre de diversas tonalidades que son un recreo para la vista. En su interior, esta cafetería tiene su decoración muy relacionada con esto, pues al fondo luce una impactande foto de la fachada.
SIN NEGAR SU UBICACIÓN
Antes de abandonar Samos, aun nos aguarda una nueva sorpresa. A mano izquierda según vamos, tal vez un poco hundida en relación a la carretera, hay una casa con gran cantidad de puertas y ventanales. Si nos fijamos bien, es un bonito conjunto de los llamados trampantojos: puertas y ventanas pintadas sobre la pared y simulando lo que no existe.
TRAMPANTOJOS AL SALIR DE SAMOS
El Camino sigue. Pronto se hará otra etapa y cada vez queda menos, con todo lo bueno que eso lleva consigo, pero también con toda esa carga agridulce de que se va y que no podemos retener. Porque notamos que el Camino nos ha dado todo lo que veníamos buscando, pero también sabíamos no era para siempre. Que lo nuestro nos espera en los lugares que sabemos. Lo nuestro y los nuestros.
Samos es un hermoso descanso y siempre nos sabe a poco el tiempo que estemos allí, reflexionando sobre lo pasajero.de algunas cosas, que son las más.