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viernes, 14 de julio de 2017

Hablando de seres vivos

Me gustaría hablar de nuevo aquí sobre seres vivos, y voy a hacerlo. Hablar de los seres que viven, que tienen vida. Pero, ¿qué es vida? Es una pregunta que ha tenido diferentes respuestas a lo largo de la historia. Hubo un tiempo en que se pensó que era un soplo. Según el Génesis, Dios hizo una figura de barro, sopló sobre ella y ésta adquirió vida. Hoy han cambiado mucho nuestros conocimientos y conceptos sobre este tema.

He dicho muchas veces que tenemos ambigüedad al utilizar esta palabra. Porque “vida” puede ser la historia biológica de alguien (la vida de fulano); también entendemos como tal el modo de transcurrir el tiempo por parte de alguien (llevó una vida…); o, en otro plan, puede ser la duración estimada de un aparato caduco (esta bombilla tiene una vida de tantas horas). Pero también, vida es una actividad esencial mediante la que actuamos los seres que, por tenerla, merecemos el calificativo de seres vivos. En este plan, vida es la energía de los seres orgánicos. 

Ser vivo

Estos conceptos son de este tiempo. En el Renacimiento, se sabía que los estados de la materia son sólido, líquido y gaseoso. El paso de un estado a otro era simple y sencillo: evaporación, ebullición, solidificación eran procesos reversibles conocidos por los hombres de ciencia. También los seres vivos morían en un instante y, al igual que el resto de cambios conocidos, se podrían producir en ellos los movimientos inversos. Los seres inertes podrían adquirir vida. Había que conocer cómo, la fórmula de producirla, pero el hecho era real y constatable. La idea de la generación espontánea era admitida en general, existiendo múltiples fórmulas para conseguir la producción de animales: de ratones, arañas, lombrices y un largo etcétera. Según esta suposición, la vida era una actividad susceptible de ser creada en condiciones adecuadas.

Seres vivos

Fue a partir del siglo XVII cuando se empezó a dudar de esta hipótesis. Redi, Spallanzani y Pasteur demostraron, cada uno en su tiempo, la inexactitud de esta hipótesis y Pasteur resumió su descubrimiento con el aforismo omnis vivo ex vivo. Todo ser vivo procede de otro ser vivo. También, como consecuencia lógica de esto dijo que “la vida no se crea, simplemente se transmite”. Todo esto generó una nueva visión acerca de los seres vivos y su mundo. 

Tal vez sea posible escapar de la definición de “vida” para quedarse en la de “ser vivo”, pero volvemos a lo mismo. ¿Realmente sabemos qué es un ser vivo? Sí y no. Me explico. Sabemos de lo que hablamos cuando nos referimos a ellos. No es una metáfora, no. Es algo muy concreto y lleno de significado. Incluso adjudicamos características de ser vivo a algo, un movimiento ideológico, por ejemplo, cuando decimos de él que está vivo o muy vivo. Queremos indicar que se renueva, que se expande, que se mueve.
 
Ser vivo

Pero hay muchos seres vivos, mucha diversidad entre los seres vivos. La idea de los científicos es que la vida, tal como la entendemos hoy, se inició una sola vez. Tal vez antes hubo moléculas con características prebióticas, pero la vida que disfrutamos y de la que participamos todos, tuvo un solo inicio hace miles de millones de años. Darwin nos explicaría el origen y el mantenimiento de la diversidad actual, pues lo cierto es que todos tenemos un mismo origen y sirve de muestra el nivel bioquímico.

Todos guardamos nuestra información genética en los ácidos nucleicos. Recuerdo, hace años, cuando se estaba dilucidando el código genético. Se hacía en laboratorio, claro. No faltaron quienes dijeron que después de dilucidado, habría que deducir qué claves correspondían a vegetales y cuáles a animales. A todos nos pareció lógico. La sorpresa, la gran sorpresa, llegó cuando se comprobó a ese nivel bioquímico todo era similar, tanto en el mundo animal como en el vegetal y en bacterias. ¿Qué quiere esto decir? Pues sencillamente, que ese camino de consolidación como seres vivos fue un camino que recorrimos juntos, que es una historia común. Luego, más tarde, vendrían las diversificaciones.

Seres vivos

También tenemos común el modo de duplicación de los ácidos nucleicos y los enzimas que intervienen en el proceso. Es también común el número y la naturaleza de los aminoácidos, los componentes de las proteínas y su mecanismo de síntesis. 

Si embargo, soy consciente que estoy diciendo cosas, pero no digo qué es un ser vivo, ni qué es la vida. Desde niño, ya en la escuela, aprendí que los seres vivos “nacen, crecen, se reproducen y mueren”. También que las funciones de los seres vivos son “de relación, de nutrición y reproducción”. Con anterioridad hablé aquí de mi modo de entender eso de que los seres vivos nacen y crecen. Pero ahora, quiero seguir comentando cómo entiendo esas funciones propias de los seres vivos. Comunes a todos.

En clase, para hacer ver a mis alumnos la complejidad del mundo de los seres vivos, les aconsejaba que imaginasen un árbol, un liquen, una planta y un mamífero. ¿Qué compartimos? Estamos vivos, tenemos la información biológica encerrada en ADN, compartimos el modo de transcripción del mensaje genético. Luego, cada cual con sus genes, que se adapte a su ambiente, que crezca y se reproduzca.

Hablaremos de esto…

viernes, 4 de noviembre de 2016

Una hipótesis de Darwin

Charles Darwin propone, en El Origen de las Especies, la procedencia común de todos los seres vivos. Transcurridos algo más de cien años desde que hiciese pública su hipótesis, diversas pruebas bioquímicas y funcionales le dieron la razón de modo inequívoco.
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Ch. Darwin

En El Origen de las Especies, Darwin define conceptos nuevos para apoyar su hipótesis acerca de la importancia de la selección natural, y plantea hipótesis que fueron de difícil comprobación en su época, pero que el tiempo y los avances científicos han ido afianzando. Hoy nadie discute algunas hipótesis propuestas en su libro.


Define adaptación y selección natural así como selección sexual, el concepto de población, el de hábitat y otros muchos. Realmente, el libro está considerado como el principio de la biología moderna y de su nuevo paradigma.

MODELO DE ÁCIDO NUCLEICO
IGUAL EN TODOS LOS SERES VIVOS

Entre algunas de sus hipótesis, presenta, con indudable prudencia, el del origen común de todos los seres vivos. Al final del libro, en el último párrafo, viene a decir que hay grandeza en comprobar cómo la gran diversidad de seres vivos, “procedentes de un corto número de formas, o de una sola…”

No dice nada más, ni lo había indicado antes, a lo largo de los quince capítulos de la obra. Sólo al final, en el lugar destinado a recapitular toda la teoría de la selección natural y comentar sus posibles implicaciones, precisamente en el último párrafo y haciendo referencia a la grandiosidad de la visión evolutiva de los seres vivos que, a partir de unas pocas formas, o tal vez de una sola… han dado lugar a la actual biodiversidad, es cuando propugna la idea a la par que hace la reflexión.

ESQUEMA DE LA DUPLICACIÓN DEL ADN
IGUAL EN TODOS LOS SERES VIVOS

En ese mismo capítulo XV, Darwin se queja de haber tenido muchas críticas, excesivas digo yo, e insiste en que muchos de quienes le criticaron no habían leído El origen de las especies. A estos de entonces, hoy tengo que añadir a muchos de hoy y un nombre, el de un capitoste de mi Universidad que en un acto público criticó el libro con aires de enteradillo, cuando en realidad su perorata indicaba no haber leído ni su introducción. 

Sí, a lo que voy. Me asombra la grandiosa intuición de Darwin al preconizar el origen común de todos los seres vivos cuando apenas hacía 20 años que se había propuesto la teoría de su unidad estructural. Sin embargo, Darwin, iba más allá y ya no pensaba en la unidad estructural, que puede ser considerada un producto final, sino en la unidad de origen de todos ellos.

RESULTADO DE ANÁLISIS DE ADN
SIMILARES EN TODOS LOS SERES VIVOS
Desde entonces, tendrían que transcurrir muchos años, jalonados de investigaciones punteras laureadas con varios Premios Nobel, para que la hipótesis enunciada por Darwin pasase a ser indiscutible. Y no fueron pruebas morfológicas las que le dieron el apoyo conceptual, fueron pruebas bioquímicas. En el nivel de la biología básica, donde se confirmó la hipótesis darwiniana. 

Desde la estructura y composición de los ácidos nucleicos, iguales en todos los seres vivos, hasta el mecanismo de síntesis de proteínas, todos somos iguales y nadie lo discute. Una vez superado ese nivel de similitud, comenzó la diversificación que hoy vemos. Pero quiero explicar lo anterior con otras palabras, pues en la estructura y composición de los ácidos nucleicos, va encerrada la herencia genética, el genotipo de cada ser, y en la síntesis de proteínas se sitúa el primer nivel de la expresión de los genes y la manifestación de su fenotipo. 

ESTUDIOS DE GENOTIPOS
RESULTADOS COMPARABLES EN TODAS LAS ESPECIES
Fue una etapa apasionante aquella del descifrado del código genético. Yo estaba con mis estudios en Barcelona y con frecuencia nuestro profesor, el Dr. Antonio Prevosti, nos comentaba los avances conseguidos. Ese descifrado se hacía en diversos laboratorios, por alguno de los cuales andaba nuestro investigador Severo Ochoa, también Premio Nobel. Cuando se dispuso de todo el código genético, pareció conveniente saber qué claves correspondían al mundo animal y cuáles al vegetal. La sorpresa fue tremenda al comprobar que el código era el mismo para todos los seres vivos. Es la característica que hoy definimos como llamamos “universal”, y tiene muchas implicaciones positivas en investigación. Entonces, resultó una gran novedad para los dedicados a estos estudios y me gusta mucho comprobar cómo en poco tiempo, la novedad se asumió con total normalidad, de modo que hoy es algo indiscutible entre los estudiantes de cualquier nivel de enseñanza.

Sin embargo, lo que no es tan general, lamentablemente, es el considerar a todos los seres vivos como iguales en sus bases bioquímicas. Para muchos, los animales siguen siendo los verdaderos “seres vivos”. Los vegetales, ni lo habían pensado. Tal vez en los actuales planes de estudio no se recalque esta diferencia funcional, pero muchas personas no tienen nada claro qué diferencia a un animal de un vegetal. 

Me asombra y me genera un gran respeto y una gran admiración la capacidad de Darwin quien, apenas conociendo la estructura de las células y desconociendo casi todo lo referente a su bioquímica, llegó a intuir algo que hoy está plenamente admitido. Tal vez sabía que serían necesarios muchos progresos científicos antes de que su hipótesis llegase a verse confirmada, pero él la había formulado.

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