Por diversos caminos tenemos informaciones acerca de
variables ambientales que se modifican, pero todas ellas coinciden en una misma
dirección, y es que la temperatura ambiental aumenta. Los veranos son más
cálidos y largos, mientras que los inviernos menos fríos y cortos. Múltiples datos apoyan esta afirmación y
nadie lo niega, salvo los que no quieren ver lo evidente.