Cuando tuvimos accidentes apocalípticos, con decenas de muertos como el del Alvia, en Galicia se colmaron las necesidades de sangre en unas horas. Pocos días más tarde, autocares del Servicio Galego de Saúde anduvieron por toda la Comunidad recogiendo más sangre, para que nadie que quisiese dar, quedase sin hacerlo. De la actuación de los vecinos de Angrois no digo nada, todos vimos su comportamiento gracias a los diversos canales de TV.