Revisando escritos antiguos míos, me encuentro con éste, de 2009, que apareció en Xornal de noticias, de Vigo, en 2009. Lo vuelvo a publicar pensando que tal vez a alguien le agrade conocer mi opinión sobre Darwin y su legado.
En este año de 2009 celebramos el doscientos aniversario del nacimiento de Charles Darwin y el 150 de la publicación del “Origen de las especies” Este doble aniversario hace que por todas partes aparezcan actos y más actos de conmemoración y glosa de la efeméride.
Podríamos preguntar cuál es la importancia de la obra de Darwin, su contribución al mundo del conocimiento y, entonces, deberíamos reflexionar antes de ponernos a hablar. Pues son muchos los que lo critican, lo menosprecian e, incluso, lo maldicen sin conocer en absoluto todo cuanto dijo. Somos así, tan sabios que podemos descalificar trabajos ajenos sin siquiera conocerlos.
He aquí nuestra constante alternativa: el corazón o la mente, la fe o la razón, los mitos o la ciencia. En estos dilemas siempre ganaron la mente, la razón y la ciencia, pero siempre después de largas y dolorosas batallas. Los impulsores del conocimiento con novedades que podían alterar el orden establecido, sistemáticamente fueron apartados del mundo oficial mediante fórmulas más o menos ruines, formando de este modo una lista de nombres malditos, conocida por todos: Galileo, Copérnico, Kepler, G. Bruno, Servet y una amplia nómina en la que también, y por derecho propio, está Darwin. ¿Que quién hizo esa lista? Los defensores de los mitos, los autonominado depositarios y defensores del conocimiento, del saber y de su docencia.
¿Qué hizo Darwin? En primer lugar, se dio cuenta de que la variabilidad de los seres vivos puede ser hereditaria, y esto abrió conceptualmente las puertas a la biología moderna. También se percató de que los individuos interactúan con su medio y, por tanto, pueden estar más o menos adaptados a él. Puesto que los seres vivos interactúan con su ambiente, sus procesos dependen de dos variables: los factores conocidos actualmente bajo el nombre de intrínsecos (propios del individuo y de sus posibilidades) y los externos, los ambientales, los extrínsecos. De acuerdo con esa relación surge el concepto de adaptación para explicar la adecuación de esos individuos a las posibilidades que les ofrece el entorno en que viven. Darwin habla de los más y de los menos adaptados. La adaptación es un valor variable e, por tanto, no a todos los individuos les irá igual en su lucha por la vida. En esa lucha resultarán beneficiados los más adaptados a su ambiente, que no tienen que ser los más fuertes como ahora dicen que dijo. Cuando esa situación de ventaja es debida a caracteres hereditarios, dice Darwin, esos individuos beneficiados en la lucha por la vida tendrán más hijos, de modo que los caracteres que confieren mejor adaptación pueden aparecer con mayor frecuencia en la siguiente generación, originando, por consiguiente, una descendencia modificada. De este modo, los seres se van transformando y diversificando a lo largo del tiempo en un proceso que sigue actuando.
Estas ideas las expuso en el libro del que en este año celebramos el 150 aniversario de su primera edición. Es uno de los pocos casos que marca claramente un antes y un después en la historia del conocimiento, no solo en el terreno biológico. Por vez primera se habla en él de seres vivos en conjunto y por eso, siempre que puede, Darwin emplea ejemplos de animales y vegetales, para indicar que los procesos descritos vienen a ser los mismos en los dos reinos entonces conocidos. Al final, y de modo tímido después de hablar de herencia con modificación, sugiere el posible origen común de todos los seres vivos. Lo dice como de pasada, pero allí queda dicho. Hoy en día, gracias a pruebas moleculares, nadie discute esa posibilidad. Es curioso, pero a mi no me deja de asombrar toda la clarividencia biológica de Darwin en un momento en el que se empezaban a poner las bases científicas y conceptuales de la biología moderna. A lo largo de la obra no deja de sorprender lo acertado de sus comentarios sobre temas tan actuales como colonización, extinción, competitividad y otros. En este plan, muchos criterios y conceptos biológicos cotidianos se los debemos a Darwin, tienen su origen en él.
He ahí parte de su legado. Entonces, ¿por qué entró a formar parte de la nómina de los malditos? Es sencillo de comprender: rompía un reducto de los mitos explicativos del mundo. Darwin decía que todos los seres vivos teníamos el mismo origen, ¿Dónde quedaba, entonces, la idea del hombre como supuesto Rey de la Creación? ¿E, incluso, dónde la labor creadora de Dios? Esto era algo imperdonable para aquellos que mantenían la capacidad de juzgar las obras del pensamiento. La maldición que cayó sobre Darwin perdura todavía, pues no son pocos aquellos que prefieren el mito a los hechos científicamente probados, tal vez porque esos mitos dan una seguridad que no da la ciencia. Tal vez aún no se hayan enterado de que entre las finalidades de la ciencia no está la de conferir seguridad.
Publicado en Xornal de noticias, de Vigo, en febrero de 2009
Creo que a pesar de tanto avance actual, a mí me asusta pues a causa de mi edad no soy tan valiente como era, la ciencia sigue encerrando grandes y desconocidos conocimientos hoy de imposible comprensión.
ResponderEliminarAlgo sí ha cambiado y es que se acepta el concepto de lo mucho que ignoramos. Como ejemplo: nuestro cerebro.
La ciencia es apasionante y quienes habéis hecho de ella vuestra profesión sois de hecho las personas más humildes, precisamente por ser conscientes de lo mucho que ignorais.
Ya te dije que había perdido un comentario anterior en el cual quise decir lo que voy a expresar ahora de un modo menos claro, seguro.
Yo sostengo, para mí misma, que la Ciencia es DIOS. Así de simple y, se va dando a los hombres poco a poco pues si no, nos sería imposible sobrellevar tanto conocimiento sobre nuestra limitada mente.
Esto es que llegaremos a tener toda la ciencia en nosotros...pues no; nunca podremos ser parte de DIOS, solo sus criaturas de cualquier especie.
Me encantan tus disertaciones aunque como en este caso haya sido exponer las avanzadas e incomprendidas teorías de Darwim.
Siempre habrá incomprensión ante los nuevos descubrimientos mas, cada vez serán aceptados con mejor actitud e, incluso, agradecimiento, no en vano se superan descubrimientos que tanto bien le hacen a la humanidad aunque, por contra, igualmente son causantes de desgracias.
La Naturaleza siempre será más fuerte que nosotros y esos diminutos seres vivos imperceptibles a nuestra vista, siempre serán más fuertes que los individuos racionales, o sea, tú, yo y los demás.
¡Qué no quedará por asombrar a nuestros sucesores!
Emilio disculpa, soy una ignorante.
No eres una ignorante, Carmen Vega Malnero. Recuerdo nuestros primeros comentarios acerca de unos árboles de Alcalá, que eran plátanos de sombra. No olvido tus desvelos por una estación de buses alcalaína, tampoco. Y eso te lo digo para que veas que recuerdo nuestra relación. Tal vez, no lo sé, no dispongas de muchos conocimientos profundos, no lo sé. Pero sí tengo claro que tienes una sensatez que serviría para dar. vender y aún te quedaría a espuertas. Son los años, Carmen, que también tengo. Nunca has insultado a nadie por lo que dice, ni por lo que cree, ni por lo que opina. Eres un encanto de convivencia, y eso no es para menospreciar. Lo demás, accesorio y muy de cada cual. Un beso
ResponderEliminarHola Emilio, no había leído este artículo pero me parece ciertamente clarificador, especialmente para poner en valor el trabajo de Darwin. Creo que su gran logro fue percibir que la capacidad de los seres vivos de hacer copias de si mismos permita introducir sesgos en una población en unas pocas generaciones. Es la selección natural.
ResponderEliminarInteresante tu punto de vista, Un tema para comentar, pro recuerda que para que actúe la selección lo ha de hacer sobre caracteres hereditarios. Un abrazo, Emilio
ResponderEliminarInteressante leitura .
ResponderEliminarDarwim está certo e publicou ,mas a adaptação existia antes dele.Ciência é a explicação dos "fenômenos" que Deus criou.Então no meu humilde entender Darwin conseguiu explicar, provar e publicar um "mistério " até então .
Excelente o comentário de Carmen Vega
Abraço
Los hombres de ciencia descubren las situaciones, los hechos, las leyes científicas, pero todo eso existía antes, por eso decimos "descubrir" los que ya existía. Gracias por el comentario. A Carmen Vega ya le he contestado.
ResponderEliminarMe gusta tu artículo porque pones a Darwin en el lugar que le corresponde.
ResponderEliminarUn abrazo
Chiruca
Gracias, Chiruca, por tu comentario.
EliminarNo recuerdo ahora los autores entre mis lecturas sobre biología, pero sí que algunas "críticas", más bien anotaciones, hacían referencia no al destronamiento del hombre sino a la ausencia de algo fundamental en sus escritos: la colaboración entre especies para garantizar el despliegue global de la vida. Darwin puso el acento en la lucha y la adaptación al medio y, sin dejar de reconocer su legado, hoy otros científicos exploran la potencia de la cooperación, de la colaboración, de las alianzas que posibilitan el desarrollo de la vida. Una cuestión más acerca del supuesto enfrentamiento entre mitos y razón, entre lo espiritual y lo científico (sobre esto sí recuerdo algo escrito por Adolf Portman). Los mitos fueron una etapa de la evolución de la conciencia, no explican nada, son una forma de percibir el mundo, la explicación es una de las funciones de la mente racional, y eso vendría después. Del entrelazamiento total con la naturaleza, donde lo hablado no tenía relevancia, el hombre empezó a separarse, a verse, porque antes era la tribu, no el hombre. Con la conciencia mítica, el habla y la transmisión oral se impuso, y ahora sí, en las imágenes se pintan las bocas, ausentes en los tiempos primeros, donde sí se representaban las emanaciones energéticas alrededor de cabezas y ojos. La mente racional, que abrió el paso a la ciencia fue una conquista posterior. Lo mítico es el reino del corazón, del sentir, de lo irracional,que no tiene medida. Lo racional es lo que analiza, mide, clasifica, divide, opone y explica a través de causalidad, fue una mutación en la conciencia, nos abrió la puerta al conocimiento científico, algo que puede ser capaz de resolver los colapsos que lo humano está produciendo. Todo lo conquistado por el hombre permanece, no se borra, sigue en todos nosotros, pugnando por manifestarse de forma integrada y en armonía. Pero lo racional, que tanta falta nos hace, se ha convertido en una forma de pensamiento rígida, en una dirección, como un propósito acelerado, parece que a través de la división y el enfrentamiento nos conduce a la destrucción: "es esto o lo otro" y no! "es esto y también lo otro". Sé que esto parece una divagación dispersa, os pido disculpas. La conciencia parece que necesitara otra mutación, está en peligro nuestra supervivencia como especie
ResponderEliminarMe parece muy interesante tu comentario. Si quieres, lo escribes de modo más pormenorizado y lo publicamos en mi blog. Con tu nombre como autor@, claro. Un saludo muy cordial.
ResponderEliminarCreí que mi nombre saldría en el comentario, (aquí abajo aparece "comentar como susichamorro"), mi nombre completo es María Jesús Fernández Chamorro. Soy dibujante, y no tengo formación universitaria, pero cuando los padres tienen la casa llena de libros y música, los hijos leen y escuchan. Aunque haya adquirido mis limitados saberes de forma digamos caótica, hay una cuestión central que los conduce: el latido pulsante de urgencia ante la amenaza del colapso humano. Y, como dicen por aquí, ante todo mucha calma, porque la infinidad de voces, sentencias, dogmas, miedos, y demás desvaríos "iluminados" que predican una especie de regresión, producida por una confusa sensación de impotencia, son como un clamor: ¡no sabemos lo que nos pasa!. Continuaré los comentarios otro día, he de ocuparme de otras tareas, un saludo
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