domingo, 29 de junio de 2014

ES MUJER, QUE NO ES VARÓN - LEYENDA DEL CAMINO DE SANTIAGO

Un día de estos, me acerqué hasta Vilasantar das Nereidas, más allá de Leboreiro y antes de Pontefurelos. La zona es hermosa y muy
IGLESIA DE VILASANTAR
querida para mi. A veces, con viento y lluvia, me resulta sobrecogedora, pues allí la lluvia forma parte del paisaje. Todo ese tramo del camino está lleno de lugares plenos de arte y con historias peculiares.
Pasé por Leboreiro, entrañable Leboreiro, con su tímpano albergando a la Virgen de granito, la que no quiso estar en el interior de la iglesia, pues prefería el exterior, viendo pasar a los peregrinos hacia Compostela.

Frente a la iglesia, el hospital fundado y mantenido por la familia Ulloa. De su cuidado se encargaban los Monjes Hospitalarios, así como de la seguridad de los caminantes. Los Monjes iban de un lado para otro, siempre recorriendo el Camino en una u otra dirección, y atentos a que se tratase a los peregrinos con la consideración merecida. Desde Samos a Compostela, los Hospitalarios de Vilasantar cuidaban que no ocurriese nada adverso a quienes venían desde todas partes de Europa a postrarse a los pies de Santiago, el del Zebedeo.
Entre los Monjes, uno de ellos, de nombre Aloysus, ganó merecida
AL CUIDADO DE ALOYSUS
fama por su saber como herborista así como por su prontitud en resolver litigios que se pudiesen presentar entre la gente. No fueron raros los casos que se le presentaron de personas enemistadas por diversas situaciones, y que él resolvió con premura y al gusto de todos. Fue tal la fama que adquirió como dispensador de soluciones, que los días acordados por el Superior para atender problemas, se llenaba la iglesia de gente deseosa de presenciar el modo de proceder de Aloysus. Por otra parte, su preocupación por los peregrinos hizo que pasase noches enteras tocando campanas, cuando su sonido constituía la única orientación para caminantes rezagados a causa de cansancio, lluvias o nieblas.

Aloysus gozaba de merecida fama en toda la zona gallega del 
ALOYSUS TOCÓ EN ESTA TORRE EN MÁS
DE UNA OCASIÓN

Camino. Por eso, cuando enfermó de muerte, la iglesia se llenó de fieles rogando por su salud. El día que murió, la gente le lloró como algo muy preciado. El Superior de la comunidad de Vilasantar das Nereidas, decidió que, debido a sus múltiples méritos, fuese enterrado a los pies del altar mayor de la iglesia, y así se comunicó a los fieles.
Pero ocurrió algo inesperado. Al amortajar el cadáver, los monjes comprobaron atónitos que Aloysus era mujer, “que no varón”. Ante esta inesperada novedad, y la necesidad de una solución rápida, se plantearon dos actuaciones posibles. Una de ellas proponía seguir el ceremonial previsto y enterrarlo al pie del altar mayor. “Total, -se decía-, nadie se va a enterar”.
CERCA DE VILASANTAR
Pero el superior, que estudió el caso, dijo que la incorporación de Aloysus a la Orden Hospitalaria había sido nula, con engaño. En consecuencia, nunca había sido monje, toda su vida había sido una falsedad y, por tanto, no merecía ese lugar de privilegio para su entierro.
No faltaron quienes adujeron la dificultad de explicar esto a los peregrinos que iban llegando al funeral, que cada vez eran más. Así que el superior accedió a se enterrase en el exterior de la iglesia, en el muro junto a la puerta y sin figura funeraria sobre el sepulcro.
Hoy en día, su tumba sigue siendo una de las paradas obligadas a lo
TUMBA DE ALOYSUS
largo del Camino. A veces, yo no sé con qué frecuencia, aparece durante unas horas la escultura pétrea de una mujer yacente sobre la tumba. Muchos son los que la han visto, pero yo no, ni dispongo de foto para ponerla aquí.

Por la zona la historia se cuenta tal cual la relato, pues ha sido allí donde la he recogido.

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