MANZANOS EN FLOR |
Ahora sí que la primavera ha venido y no sabemos cómo ha sido. De un día para otro, los árboles han explotado con una floración exuberante que llena de alegrías, y a veces de olores, las calles y los campos. Son flores abiertas, con los estambres ofrecidos a cualquier brisa leve que pueda transportar su polen a otras flores y así poderlas fecundar.
Una fecundación muy aleatoria, pues depende de múltiples variables como pueden ser, entre otras, la dirección del viento en los días en que las flores están maduras y el mismo hecho de que se haya producido esa madurez.El aire está lleno de esas partículas microscópicas en movimiento continuo, llevadas de un sitio para otro, hasta que llegan a caer, a veces en lugares apropiados. Lugares apropiados son, en este caso, los estigmas maduros de su misma especie, solo esos.
Como la probabilidad de que ocurra tal cosa es muy pequeña, las plantas
generan muchísimos granos de polen, que son sus gametos masculinos. Todos los seres vivos, animales y vegetales, son altamente productores de gametos masculinos. No así en lo que respecta a los femeninos, ese es otro proceso en el que la naturaleza, también en animales y vegetales, se comporta de modo más parco.
OFRECIDAS AL AIRE |
Pero a lo que voy. En estos días el aire está lleno de polen que viaja de un lado para otro, llevado por corrientes de aire. Puede caer en nuestras vías respiratorias, generando esas tremendas alergias primaverales a las que son proclives tantas personas.
Ha llovido y los charcos que se han formado, muestran sus bordes amarillos debido a la presencia en ellos del polen depositado por las aguas de lluvia. En algunos casos es impresionante la cantidad de polen que aparece, y que podemos apreciar por la intensidad del color amarillo y su distribución en los suelos de las ciudades.
Siempre me asombran esas manchas producidas por minúsculos granos de
polen, tal vez millones en cada charco. Caídos, ya no cumplirán con su función biológica de fecundar flores de su especie. Y cada grano lleva un genoma completo de la especie que lo ha producido, con el gasto biológico que supone tanta síntesis.…
MANCHAS DE POLEN DONDE HUBO CHARCOS |
Asombroso para nuestro modo de ver las cosas, en que casi todo se mide por criterios de rentabilidad inmediata. En la Naturaleza, el criterio es el mantenimiento de la especie a lo largo de las generaciones. Ese es el éxito biológico de una población.
POLEN EN LO QUE FUE UN CHARCO |
No hay duda de que si se produjese menos polen, el ahorro energético sería mayor para la planta que lo produce, pero las posibilidades de alcanzar unos órganos femeninos por parte de esos pocos granos de polen, serian mucho menores. A cuenta de un ahorro energético por parte del individuo, las poblaciones estarían en peligro de extinción. Ya he comentado en otros artículos que, en lo referente a reproducción, el organismo tiene unos deberes hacia la población a la que pertenece y el fundamental es contribuir a su mantenimiento.
¿Y ese polen caído? Ese polen de alto valor nutritivo que se perderá... Nadie dice que se perderá. Los vegetales forman parte de ecosistemas en los que hay cadenas nutritivas perfectamente definidas. Al poco tiempo de haber caído al suelo, horas tal vez, los componentes bioquímicos del polen habrán servido de nutrientes de organismos que ya los habrán incorporado a sus respectivos metabolismos.
En la Naturaleza no se pierde nada.
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