En determinadas combinaciones, algunas estructuras genéticas pueden provocar la muerte de sus poseedores. Se llaman letales.
El término “letal” ha sido recogido del habla no genética. En general siempre que se utiliza, y vale tanto para armamentos como para ambientes, significa lo mismo: que es capaz de producir la muerte.
Paso de la laguna Estigia |
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, “letal” deriva del latín, letalisque quiere decir mortífero. Relacionado con letal está letum que significa muerte y éste a su vez deriva del griego, lethe que significa olvido. En este sentido, el río Leteo era de los primeros que cruzaban, ya en el Hades, quienes acababan de morir, de tal modo que al cruzarlo olvidaban todos sus hechos vividos. Otro mito decía que para que se produjese tal olvido era preciso beber las aguas. La laguna Estigia tenía significados similares relativos al proceso de la muerte de cada uno y su marcha al otro mundo, con los consiguientes olvidos.
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En Galicia, antiguamente el río Limia se llamó Leteo y los nativos cultivaron la leyenda que indicaba que quienes lo cruzasen olvidarían todo, confundiendo, por su nombre, a este río con el del Hades. Es lógico que tal leyenda actuase a modo de barrera para quienes la creyesen, que era la mayoría de forasteros y de las tropas romanas. Mientras durase la creencia, Galicia estaría a salvo de la invasión romana.
Creo que fue hacia el año 138 A.C. cuando el general romano Décimo Junio Bruto Galaico intentó deshacer el mito entre su tropa, pues la creencia obstaculizaba sus campañas militares en la zona. Se dice que el general cruzó el Limia y desde la orilla opuesta fue llamando a sus soldados por sus nombres uno a uno. Los soldados, asombrados de que el general recordase cómo se llamaban, comprendieron la falsedad del mito, cruzaron el río sin temor y comenzó la conquista de Galicia.
Me gusta pensar que detrás de aquella tropa nos llegaría el idioma latino, el derecho romano, la ingeniería romana y el principio de una colonización que nos ha dejado, entre otras cosas, las murallas de Lugo, los múltiples puentes romanos que aún están en uso, la Torre de Hércules, los castaños y tantos otros vestigios que hoy conforman muchas señas de nuestra identidad.
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La verdad es que esta leyenda no me la creo por muchas razones. Nunca he creído en la generación espontánea y me resulta muy extraño que en las tierras aún no conquistadas existiese una leyenda similar a la mitológica griega, incluido el nombre del río. Entonces debemos pensar que el mito ya existía cundo llegó el general Décimo Junio con sus tropas.¿Quién la trajo antes de que eso sucediese? ¿Tal vez algún romano anterior a él que quería impedir la colonización? Es posible, pero en ese caso, ese romano se habría tenido que ganar la confianza de los nativos del territorio, pues no solo admitieron sus mitos, sino también le permitieron dar nombre a los ríos. Tampoco me creo esta posibilidad por precisar demasiados hechos aleatorios juntos.
Sí creo que el general, de vuelta a Roma, y para magnificar su hazaña, la adornó con esta fábula que tuvo buena acogida entre sus oyentes.
A fin de cuentas, la historia siempre la ha escrito el vencedor.
A fin de cuentas, la historia siempre la ha escrito el vencedor.
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En Ponte de Lima hay un bonito mural que representa este hecho, con el general desde una orilla del río llamando a unos soldados situados en la otra orilla y asombrados al ver que el jefe recuerda sus nombres en contra de lo que el amenazante mito aseguraba.
Desde hace unos años, en Xinzo de Limia se celebra en el mes de agosto la “Festa do esquecemento”, (Fiesta del olvido) en la que se recrean estos hechos y se aprovecha para festejar todo cuanto parezca oportuno, con personas vestidas de romanos, ferias a la antigua usanza, comidas al aire libre, y un amplio programa festivo.
Es una más de las múltiples celebraciones que han aparecidos por diversos lugares de nuestra geografía y que, gracias a un hecho histórico, que se recrea, se tienen unos días de diversión, se mueve dinero y se conoce gente nueva. Cosas buenas todas ellas dados los tiempos que corren.
Como siempre , Emilio, un texto muy interesante y lleno de encanto.
ResponderEliminarTambién anda por medio el cariño con que lees todo cuando escribo. ¿Me equivoco?
EliminarMuy interesante la relación, por lo menos semántica, de la muerte con el olvido.
ResponderEliminarDebido a ese lenguaje tan "curioso" que utilizan a veces los periodistas deportivos, se le suele llamar letal a un futbolista que marca goles.
Ángel
Eso del olvido, ya me dirás...
EliminarEn cuanto a los futbolistas que marcan goles, me parece recordar que los reporteros califican como letales a los tiros que por sus características, y por su fuerza, terminan en goles. Quiero pensar que utilizan letal como sinónimo de inevitable.
No estaría mal la utilización del término en estos casos, creo yo.